El asfalto que nos queda

EN LA ERA de las comunicaciones, da igual de que tipo (vía Internet, por teléfono de última generación y hasta por carretera), uno no acierta a comprender como nuestros políticos patrios siguen tirándose los trastos a la cabeza a la hora de valorar la conveniencia de aplicar sobre el terreno una demanda que sin duda debe favorecer a quienes residen en el Bierzo. Con una autopista entre León y Astorga de pago (uno no acierta a entender como otras, más difíciles de ejecutar a nivel orográfico u otras circunstancias son gratis y esta, que es llana tiene como carga para cada usuario más de tres euros por viaje) sin visos de reconvertirse en autovía, con una vía a Orense que este fin de semana encontró precisamente el estudio previo, o un trazado hacia Asturias por La Espina que aún deambula por el querer y no poder, los bercianos siguen pensando si eso de la vertebración de España a través del asfalto y el alquitrán es cosa de otras regiones, quizás con mayores defensores o con un grado superior de influencia entre los que dictan la orden última. Mientras, aquí en el Bierzo y concretamente en Ponferrada la semana que hoy empieza va a convertirse en la del PGOU dado que hoy, precisamente cuando enero cumple sus últimas horas, en pleno municipal dará su visto bueno a la aprobación inicial de una reordenación que ha tenido sus apoyos y también notables detractores. Dios dirá si finalmente resulta positiva o como auspicia el colectivo Salvemos Ponferrada la perdición para la ciudad. Uno mientras, se preocupa si con todo el precio de la vivienda va a bajar o a seguir los derroteros de crecimiento que al que suscribe pueden afectarle más que otras cosas al bolsillo. Precisamente al bolsillo de muchos ponferradinos afectó el robo en la sucursal del Banco Pastor en sus cajas de seguridad. No se sabe cuanto se llevaron los cacos aunque el botín seguramente será cuantioso. Por suerte, la Policía ya está sobre los pasos de los delincuentes, listos, muy listos para llevarse una recaudación en joyas y demás elementos valiosos que en muchos casos no volverán a las manos de sus dueños. Y mientras todo esto pasa, en Compostilla II los trabajadores de mantenimiento siguen en pie de guerra con la eléctrica por lo que consideran un exceso de horas extras que repercute negativamente en una plantilla que espera acontecimientos judiciales para seguir en la brecha de las movilizaciones. Mientras, en el Hospital del Bierzo las cosas parece que han vuelto al cauce de la normalidad en cuanto a conflictividad laboral se refiere. El acuerdo alcanzado con la Gerencia por el calendario que debe regir el funcionamiento del centro a lo largo del presente año ha traído consigo varias cosas. La primera que ese enfrentamiento laboral entre dirección y trabajadores ha cesado, y la segunda que a lo largo del presente año la plantilla del hospital se verá aumentada con vistas a complementar todos los servicios de la mejor manera posible. Un paso adelante que, sin duda alguna repercutirá no solo en los trabajadores del centro sanitario ponferradino sino en los pacientes que cada día acuden a un Hospital que debe seguir creciendo.