Cerrar
Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

Creado:

Actualizado:

EL IDIOMA es instrumento de comunicación y seña de identidad de un pueblo, pero es también motivo o causa de enfrentamientos humanos, por la enorme influencia, incluso política, que las lenguas ejercen. El ámbito territorial en el que prevalece el idioma catalán, del que parte de la sociedad valenciana desearía despegarse para hablar el idioma valenciano, que del catalán se diferencia de forma más bien inapreciable, ofrece actualmente fricciones políticas que ayer no lograban sustanciar en el Congreso socialistas y populares. De vez en cuando un hecho de calibre aparentemente menor, como el acuerdo entre el presidente Rodríguez Zapatero y el «convergente» Mas sobre el proyecto de «estatut», origina una onda expansiva de efectos colaterales que llega hasta modificar la trama en el escenario político. La hilvanada alianza, con la hebra de un sin fin de entendimientos tácitos, entre CiU y ZP ha modificado notoriamente la situación política en la comunidad valenciana, hasta el punto de que el PSOE intenta destejer un poquito del texto estatutario que ya había acordado en Valencia con el PP, cuando el estatuto catalán era una incógnita. Se sentirían obligados los socialistas a dar cabida en el estatuto valenciano a varios deseos de CiU, y especialmente a uno: que el valenciano no se llame idioma sino valenciano simplemente. El catalán, como idioma, ha producido en el levante español al sur del Ebro sensaciones difícilmente explicables de sometimiento, y un denodado esfuerzo de varios lingüistas valencianos para demostrar que el valenciano y el catalán no son el mismo idioma, que entre ellos hay diferencias. Y las hay, qué duda cabe, pero no hasta el punto, según los lingüistas (y los políticos) catalanes, de que pueda hablarse de idiomas diferentes. Parecía cerrado y bien cerrado el anteproyecto de Estatut valenciano cuando la recuperada influencia política de CiU, a costa posiblemente de ERC, vendría a exigir que se reabriera el texto para hacerle unas leves, pero delicadísimas, correcciones. Y en las apresuradas negociaciones de ayer en el Congreso entre PSOE y PP, no se alcanzó ningún acuerdo porque los populares dicen que lo acordado hay que cumplirlo. Vuelve a ejercer CiU influencia en asuntos del resto de España, y obviamente en Cataluña, donde el PSOE, que empieza a hartar al PSC, su franquicia catalana, prevé una anticipación electoral a la vuelta del verano, cuando se haya celebrado el referéndum del Estatut. Maragall estaría sintiendo que en Ferraz se intenta vender su piel antes de cazarlo, y en esa situación hasta el PSC, que no tiene por el 'president' un afecto ni mucho menos desmedido, hace ahora piña con él, para decirle al PSOE que no confunda influir con mandar.