Laciana y el urogallo

Una realidad. Hoy por hoy la mejor población de urogallo cantábrico (tetrao urugallus cantábricus) de toda la Cordillera se encuentra en el Alto Sil, perteneciente a los ayuntamientos de Laciana, Páramo y Palacios del Sil. Este hecho incuestionable puede tener diversas explicaciones razonables, pero sin duda la más científica corresponde a la teoría de la extinción de especies, según la cual cuando un taxón amenazado inicia el proceso que le conducirá a su desaparición, se observará primero en los bordes o la periferia de su área de distribución una disminución o ausencia apreciable de ejemplares, hasta su absoluta desaparición y que continuará avanzando paulatinamente hacia su interior a velocidad variable, dependiendo de la importancia de las causas que la producen. Por esto ya no se pueden observar faisanes en los extensos bosques de Hormas en Riaño, ni en la caída a Saja en Cantabria, o en los hayedos de Teverga; mucho menos en los robledales de Piornedo o Balouta en los Ancares leoneses y gallegos donde hasta hace pocos años los había a centenares.. Admitiendo que el furtivismo, que fue muy importante en décadas anteriores, hoy es prácticamente inexistente, los expertos atribuyen esta terrible situación a otras causas que actúan interrelacionadas entre si como son: la pérdida de hábitat por urbanismo incontrolado o grandes infraestructuras, el aumento y la eficiencia de depredadores generalistas, las molestias humanas en sus zonas de canto y cría en periodo de reproducción y el cambio climático. Vaticinan que si no se invierte el panorama en veinte años máximo se extinguirá por completo en toda la Cordillera Cantábrica. Un proyecto Para intentar detener el proceso fue elaborada por el Ministerio de Medio Ambiente, en el año 2003, una Estrategia Nacional donde se contempla con buen criterio y entre otras actuaciones, la puesta en marcha de un programa de cría en cautividad que podría ser la salvación de la especie como lo fue de otras, por citar algunas: el bisonte Europeo, el oso panda, el tigre siberiano, y aquí en España el quebrantahuesos o el lince ibérico. El siete de noviembre del pasado año, tuvo lugar en Zaragoza una Conferencia sobre Medio Ambiente presidida por la ministra Cristina Narbona y donde se puso de manifiesto la urgente necesidad de poner en funcionamiento varios centros de reproducción en cautividad del urogallo por dos motivos fundamentales: disponer de varios reservorios genéticos, que podrían tener diferentes escalas de éxito y prevenir que un imprevisto en un solo y único centro diese al traste con el programa integro. El primero de estos centros ya se ha adjudicado y se ubicará en el parque natural de Redes en Asturias, donde aún resiste una pequeñita población de urogallos con muchas dificultades de viabilidad por encontrarse totalmente aislada del resto Una obviedad En este contexto y desde Filón Verde reclamamos con igual firmeza que rotundos argumentos la instalación en el Valle de Laciana de uno de estos centros de cría, pues si bien el plan recoge que será preciso la captura de ejemplares o la recolección de una parte de sus puestas del medio natural para poder producir ejemplares cautivos y se aplica el sentido común, se deberían extraer de donde «sobren»o en lugares que en teoría exportan o pueden exportar ejemplares jóvenes a parajes aledaños, por lo que no se entendería desde la sociedad lacianiega que, de producirse aquí las capturas, luego se trasladasen a un centro alejado que quizás hubiese perdido ya su población natural. Factores físicos, climáticos y estratégicos (Laciana se encuentra en el centro de su área de distribución, y por lo tanto donde más tiempo sobreviviría de forma natural) indicarían igualmente la idoneidad del lugar para uno de estos centros. Una petición Con idéntica y meditada seriedad instamos al organismo competente, a la sazón la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León la declaración de nuestra comarca como Parque Natural, con la elaboración de un PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) que aglutine, ordene y regule los diferentes sectores económicos y sociales contemplando evidentemente al sector minero como uno de los más importantes o la actividad cinegética, que bien gestionada, supone o debería suponer una fuente de ingresos para las pedanías a la par de servir para regular y proteger según que especies silvestres. Los valores medioambientales de la comarca así lo indican, no en balde ha sido declarada Reserva de la Biosfera, LIC de Red Natura 2000, Zona de Especial Protección del Oso Pardo o Zona de Especial Protección para las Aves, asumiendo las restricciones que de estas figuras de protección se derivan, pero sin beneficiarse de las ventajas de que disfrutan los espacios protegidos y lo que es más importante sin que la población asuma la filosofía del desarrollo armónico y sostenido como garantía de futuro y norma fundamental de la vida.