Lo que se disimula

PENSÉMOSLO: lo que se oculta y disimula es la dominación de la mayoría por una minoría que reproduce la dominación. Se han modificado las formas de dominación, pero persiste y es aceptada como si fuera natural. Es el efecto de la cultura de la sumisión. Por ejemplo, los sindicatos simulan que defienden a los obreros y lo que han hecho es domesticarlos para que acepten contratos temporales y salarios bajos. Los líderes, sólo de palabra, alegan la necesidad de acabar con la precariedad, pero cada vez hay más contratos temporales, aunque se sabe que con esa práctica se pone en riesgo la credibilidad del sistema y la dignidad de los trabajadores. ¿Por qué se reproduce la dominación sí no está bien vista? Ya Sócrates se preocupo de la ignorancia y de la consciencia de las multitudes y de los gobernantes. Para salir de ese círculo vicioso postulaba la justicia verdadera y permanente. Para Platón, la forma ideal de gobierno era la republica, con buenos gobernantes. Según él, una vida buena y justa sólo se puede lograr con gobernantes educados, que sepan y quieran gobernar lo público. ¿Nuestros gobernantes son educados, saben y quieren gobernar lo público o están en el poder para defender sus intereses y los de sus valedores? Según las series de encuestas que se viene haciendo, la mayoría de los ciudadanos creen que los políticos se preocupan mucho de lo suyo y poco de lo público, pero lo disimulan. El bienestar social -para saborear el bienestar hay que vivir en Dinamarca o en Noruega- empieza en la ciudad. Si la ciudad ofrece un espacio público agradable y servicios adecuados, entonces la familia, los amigos y, en general, todos se sienten bien y encuentra sentido a la vida. Pero sí en la ciudad hay atascos, contaminación, ruido, inseguridad, los vecinos se molestan unos a otros, y los servicios públicos se degradan a favor de los beneficios de determinadas empresas, pues todo se vuelve negativo. Urbanismo, sanidad, educación, servicios básicos para la vida, son responsabilidad de los gobernantes de los Ayuntamientos y de la Junta. Estos días se habla en los medios de sanidad; y resulta que hay más de 6.000 esperando para ser operados y el Consejero está satisfecho. Según él, esperan sólo de 150 días de media. (Algunos se mueren esperando o se quedan ciegos). Si después de 28 años de democracia, no han resuelto este problema, es que no han tenido, ni tienen, voluntad política. Desviar enfermos a hospitales privados, con el pretexto de atenderlos, puede explicar la falta de voluntad.