Diario de León

TRIBUNA

Dios, el hombre, su libertad y la ansiada felicidad

Publicado por
José Luis Méndez de la Varga
León

Creado:

Actualizado:

¿Nos hemos planteado alguna vez, quién nos preguntó o quien decidió por nosotros el venir a este mundo? Partiendo de esta pregunta trascendental que todos alguna vez nos hemos hecho, el hombre busca las distintas respuestas y procura pasar por este mundo, tomando una actitud determinada y personal, pues cada ser humano es un pequeño universo. Yo hace tiempo descubrí que un ser superior (llamémosle Dios), había pensado no sólo en mí como parte de su maravillosa Creación, sino que se empeñó en hacer una verdadera historia de amor con mi vida, conociéndome y sabiendo que en mi libertad y que apoyándome en mis fuerzas iba a traicionarle y no tener en cuenta el proyecto de felicidad que él había ideado. Esta situación me hace ver la gratuidad del verdadero amor que Dios me regala cada día. En mi necedad humana he tratado de buscar siempre la felicidad confiando en mis propias fuerzas, y he caído sumergiéndome completamente en mis pecados. Muchas veces pensamos como el resto de mortales en que la felicidad está en un gran amor y nos pasamos la vida mendigando buscando ese amor y el que nos quieran y reconozcan, pensamos en retos que nunca llegamos a alcanzar como bienestar con nosotros mismos no importando a quien haya que pisar para conseguir nuestros objetivos. Vivimos en el mundo del materialismo, nos ciega el poder, la ambición del dinero, nos perdemos en la sexualidad unos, en las drogas otros, empiezan a aparecer las depresiones, empiezas a no afrontar tu propia vida y tratas de evadir el sufrimiento cayendo sin darte cuenta en la ciénaga de la que te llegas a creer que no serás capaz de superar en tu vida. Hay gente que no da valor a los sentimientos de las personas, que nos usa, nos utiliza y luego las palabras se las lleva el viento. Ante todo esto, yo quiero hoy que esta carta pueda ayudar a todas esas personas que se sientan desorientadas, que no encuentran sentido a su existencia, y decirles que todo se puede vencer, que tu esclavitud tiene el tiempo contado, si tú realmente hoy te crees que Dios te ama, y que nos llama a cada uno por nuestro nombre, solo has de aceptar tu debilidad, aceptar tus miserias y él hará el resto. Tengo la fuerte convicción de que nada en esta vida es casualidad, y a lo largo del camino que tenemos que recorrer, van apareciendo personas en nuestras vidas por algún motivo. Primero nos sitúa a cada uno en un país determinado, una familia concreta, unas amistades, conocidos¿etcétera. Con todo esto y haciendo uso de la libertad que tenemos seguimos las distintas rutas que se nos van abriendo y si que es cierto que muchas veces creemos estar en un laberinto y no encontrar el camino que conduzca a la salida o meta que perseguimos. Tenemos que llegar a la conclusión que cada uno tenemos unos determinados valores, cada cual sabe los suyos, y que no tenemos que demostrar nada a nadie, sino ser nosotros mismos. Muchas veces la gente no sabe cuál es el verdadero sentido de la amistad, y se olvida que la verdadera amistad es aquélla que no sólo está presente cuando las cosas van bien, sino que cuando nos encontramos mal hay alguien dispuesto a escucharnos y a darnos un abrazo, un beso, una palabra de ánimo, un signo determinado de afectividad¿ ¿Tienes realmente amigos? Empieza a quererte, a amarte, a valorarte, a luchar por ti, a luchar por vivir, a luchar por la felicidad (no la del mundo que es efímera), puedes engañar al que está más cercano a ti, al que está a tu lado o más lejos, pero nunca puedes engañarte a ti mismo. Yo no soy nadie especial, sólo soy un hombre que ha llorado por una verdadera amistad, que ha llorado por amor, que ha llorado por aquellas personas a las que he podido hacer daño, que he llorado a la vida y ahora quiero reír, quiero vivir, quiero volver a creer en la verdadera amistad, quiero volver a creer en el amor, quiero volver a fiarme y quererme un poquito más, y si algo de amor me sobra dárselo a este mundo que no encuentra la felicidad. Nadie nos dijo con qué armas teníamos que defendernos en el combate de la vida, y por instinto tendemos a defendernos y a evadir el sufrimiento. Olvidamos que a nuestro lado siempre va caminando Dios, pero no le dejamos que actúe en nuestras vidas por el temor de que sus planes no sean los nuestros. Muchas veces el mundo se cuestiona la existencia de Dios, y se pregunta por qué permite muchas de las injusticias que vemos y padecemos en el mundo, pero no nos damos cuenta que somos creación suya y que no podemos entender sus planes, y tampoco podemos idealizarle e imaginarlo a nuestro antojo. Ánimo ratón perdido en tu laberinto, no decaigas, sé fuerte, sé feliz¿ ¡todos nos lo merecemos!

tracking