PANORAMA
La caricatura
DESPUÉS de lo que estamos viendo, viviendo, oyendo y padeciendo va a resultar más difícil recomponer el panorama. Y delicado va a ser seguir hablando de sensibilidades, alianzas y tolerancias. Porque la que se ha montado sólo porque un periódico danés cometió el delito de caricaturizar a Mahoma, es uno de los mayores sinsentidos de nuestra existencia. Y nos revela que no sólo es cuestión de buena voluntad. A tal momento se nos presenta como una misión imposible poder alcanzar algún tipo de acuerdo para lograr una convivencia más pacífica de la que llevamos en los últimos años. Se nos antoja misión imposible porque es difícil hacer entrar en razones a quienes no tienen reparos en invocar a Alá para justificar el asesinato de miles de inocentes, al tiempo que, también en nombre de Alá, no soportan que el vecino no guarde en su intimidad las reglas que ellos quieren imponer. «En Occidente los límites los marca la ley», ha dicho ayer Rajoy en A Coruña. Y ha estado más acertado que esos miembros de nuestro Gobierno que nos piden respeto a las creencias. Pues, difícilmente. Porque lo de respetar determinadas creencias resulta un arma tremendamente peligrosa. Hitler no gaseó a millones de judíos porque le sentase mal el arroz con leche. Lo hizo por sus creencias. Ni los machistas asesinan a su compañera porque no les guste el telediario. Lo hacen por sus creencias. Por sus creencias, también, hay quien considera que la mujer es un ser inferior a la vaca y por eso la esconde detrás de un burka y la lapida. Que no nos exijan, pues, el respeto a las unas creencias que nos resultan tan incomprensibles como intolerables.