Intereses partidistas

Declaraciones de un ministro en primera página: «España está muy bien gobernada y León tiene más presencia y más futuro que nunca». Cuando un ciudadano lee unas declaraciones de este tenor, me refiero a un leonés corriente, lo menos que le ocurre es que le entran temblores, se pone rojo de ira y comienza a acordarse de quienes le insultan una vez más valiéndose de los medios de comunicación a la vez que ve que siguen considerándole un tonto de capirote. Analicemos: «España está muy bien gobernada», dice el señor ministro, que equivale a reiterar eso de que España va bien. «León tiene más presencia que nunca». ¿Dónde tiene más presencia? ¿En la Moncloa, en Castilla, en Galicia, en Cataluña, o en Europa? Y todo esto: ¿en qué nos beneficia a los leoneses? «León tiene más futuro que nunca» ¿Cómo se define, cuantifica, o se mide? ¿Con qué o con quién lo compara? Si somos, aunque dicen que no somos, que León no existe, ¿cómo se atreven los políticos de los partidos nacionales a asegurarnos un tan prometedor futuro cuando nos están negando el presente y ¿quién tiene futuro sin tener presente? Dicho de otra forma: nos quieren tanto que nos matan ahora para resucitarnos dentro de unos meses, unos años o siglos. Pues bien, señor ministro, ¡qué futuro más ilusionante para los sin presente! No nos prometan peces, dejen a los leoneses que pesquemos nosotros ahora y verán lo agradecidos que somos. Pero, desde ya, permítanos ser, vivir libres como los demás ciudadanos de otras regiones y ciudades. Es nuestro derecho constitucional como españoles. ¿Sí o no? Martino Fernández (León). ¡Hola amigo y compañero! Te escribo desde la orilla de tu río Esla que hoy trae más caudal; son lágrimas del viento y de tus musas y musos, por dejar este lupanar sin estruendos ni malditos a los que escuchar. Tengo la sensación de vacío sobre vacío; tu recue rdo me sabe a nostalgia de soñador de idealista, a hoja muerta sobre asfalto cansino. Recordarte es un lujo para las sirenas, la espuma blanca del mar y las amapolas rojas sobre el trigal. Tenía que haberte regalado más risas y sonrisas cómplices, más ironía y sarcasmo; tenía que haberte regalado más abrazos y algún que otro verso, pero derrotado jamás. Tenía que haber roto mi sueño de estúpido y regalarte el horizonte altivo, la luna llena sin llorar y, sobre todo, vida para regalar. Mis imprescindibles vais muriendo en silencio, mientras los que no lo somos, recorremos el mundo con el corazón sólo de motor. ¿Sabes? he suspirado y asusté a un pájaro que orilleaba como yo entre este silencio atormentado que inunda tu ausencia. Te recuerdo, Cortijo, con la mirada tan lejana que, a veces, daba la impresión que existían más mundos fuera del poeta, del observador y del bohemio madrugador. Hace algunos años, un primero de mayo, iba yo acompañado de mis hijas y les dije: «Ahí va la dignidad con bastón». Me miraron extrañadas, y tú ya estabas con la eterna sonrisa en la boca y amarrado a una pancarta. Podría escribir mucho sobre anécdotas y vivencias con tu presencia como recuerdo, pero a los que te conocimos nos basta con saber que siempre estarás en nuestros corazones. No tengo nada más que escribirte, si acaso diles a tus musas y musos que, cuando vengan de vuelta, se aferren a hombres y mujeres como tú, para que ayuden a encauzar los sentimientos y aptitudes de quienes pueden ayudar a transformar esta sociedad. Y espérame; dentro de un rato estoy contigo y con los millones de buenos muertos; saldremos a paz-ear por el mundo a lomos de una sirena boreal, entre bergantines de versos, bosques, pan de corazón y humanidad. Buen silencio tengas, porque jamás naufragaste y jamás lo harás. Antonio Manuel Fernánd ez Morala. (Militante de Izquierda Unida). Francisco Javier Fenández (Oviedo).