EL RINCÓN
La talla 34
LOS MODISTOS y las modistas, que en algunos casos pertenecen a ambos géneros, aseguran que la talla 34 no existe. Las bellas muchachas taciturnas, cuando no enfurruñadas, que desfilan por las pasarelas suelen superar el metro setenta y cinco. Es muy difícil que puedan gastar esa talla, sobre todo si se tiene en cuenta que la 33 es la más apropiada para los esqueletos. La Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y la Bulimia reclama que se tomen medidas contra la exhibición de modelos de delgadez extrema. Parece que aumenta el número de enfermedades derivadas de un ideal andrógino que confunde los huesos con los atractivos. Hay muchos hombres a los que les gustan las mujeres a las que haya que llevarlas en brazos en dos veces. La española cuando pesa, pesa de verdad, pero se ha producido una contraofensiva que tiene como cómplices a los espejos. Cuestión mental. Los espejos insomnes tienen la horrible costumbre de presentarnos tal como somos. No mienten ni por cortesía, pero existen personas que cuando se miran en ellos no reconocen al de enfrente. ¿Qué pueden hacer los médicos? En vez de pastillas debieran recetar fabadas, pero es inútil porque las criaturas afectadas se niegan a tomar nada. A algunos nos preocupa más el adelgazamiento de la nación española, pero hay que reconocer que lo de la anorexia es un problema considerable. La moda de la delgadez se puede cargar a unas muchachas que estaban estupendas antes de seguirla. Afortunadamente, eso de no comer sólo se lleva en los países donde abunda la comida.