SIETE DÍAS
Pragmatismo y sagacidad
LA ORDEN DE SILENCIO ha sido acatada con entusiasmo. Señal inequívoca de la satisfacción de fondo. El Diario de León desvelaba el pasado lunes el armazón del PP ante las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales; las dos primeras para dentro de algo más de un año y los comicios nacionales para 2008. Resultaría impropio decir que existió un pacto, aunque ciertamente el diseño realizado por Isabel Carrasco con un número muy reducido de asesores puede contentar a todos por su pragmatismo. Se han aparcado viejas rencillas y únicamente ha pesado en la decisión la voluntad de alcanzar los mejores resultados. Recordemos la apuesta electoral que hacen los populares: Javier García Prieto, actual presidente de la Diputación, encabezará la candidatura municipal de León. Isabel Carrasco irá en la misma lista para optar a la Presidencia de la institución provincial. Mario Amilivia encabezará la lista al Congreso de los Diputados y, entre tanto, seguirá como senador. Eduardo Fernández, secretario provincial del PP, desea continuar como delegado provincial de la Junta y Antonio Silván encabezará la candidatura a las Cortes de Castilla y León, con la pretensión de continuar también en el gobierno de Juan Vicente Herrera. Hasta aquí la noticia adelantada por este periódico. Naturalmente, no está completado el mapa. Pero el hecho de haber definido las cabezas con tanta precisión, reduce la guerra a la colocación de los segundos. No será fácil, naturalmente. Siempre habrá menos puestos que aspirantes. Pero ya existe una ventaja grande en la Diputación, donde la mayoría, por no decir todos los diputados populares, no sólo son afines a Isabel Carrasco, sino que la consideran su mentora desde aquel golpe de mano que urdieron con éxito para instalar a la exconsejera de Economía al frente del partido en León. Quienes conocen a Isabel Carrasco dicen que el cargo de presidenta de la Diputación no sólo le entusiasma personalmente, sino que parece un destino creado para ella. Nada se desvela al decir que lo que mejor define a Isabel Carrasco es su capacidad probada para la gestión, frente a carencias como la diplomacia, la negociación y el disimulo, características necesarias, sin embargo, para otras tareas políticas. Javier García Prieto tiene la ventaja de haber consolidado en muy poco tiempo una imagen de persona afable, además de resolutiva y pragmática, proclive siempre al pacto y nunca al enfrentamiento. Capacidad de un valor inestimable si en el Ayuntamiento, como de momento revelan las encuestas, no se producen mayorías absolutas. A pesar de su pública disposición para encabezar de nuevo la candidatura municipal, Mario Amilivia dispondrá de la oportunidad que le hace falta para demostrar su capacidad política también en otros ámbitos. Su trayectoria en los últimos 13 años como alcalde, sin duda ha provocado un encasillamiento de la figura de Amilivia que no se corresponde con su biografía. Este reparto permitirá también recuperar la imagen del diputado que representa a la provincia en Madrid, en las últimas legislaturas engullida por una concepción totalmente supeditada a las estrategias nacionales de los partidos políticos. Antonio Silván y Eduardo Fernández han afianzado también una imagen sólida como representantes de la Junta en León, y viceversa. Cabe esperar a partir de ahora, sin embargo, movimientos soterrados de quienes aspiran a un lugar a la sombra de las cabezas visibles. Como siempre, alguien quedará descolocado, pero seguramente estas circunstancias personales no causarán traumas en el partido. Situación diferente es la que se plantea en El Bierzo. En las tertulias allende el Manzanares se especula con la posibilidad de que Escuredo y Fátima rompan definitivamente con el PP y constituyan un nuevo partido político. Si esto se produce, de acuerdo con las mismas especulaciones, Escudero sería contrincante de López Riesco en las elecciones municipales de Ponferrada. En el PSOE están entusiasmados con la hipótesis de que esta división pudiera quebrar la actual mayoría absoluta del PP o, si no se alcanza tamaño éxito para sus intereses, que al menos resten los votos suficientes para que los populares pierdan un diputado provincial en favor de los socialistas. La victoria por el camino de la división del enemigo. José María Rodríguez de Francisco ha dado muestras, una vez más, de una sagacidad maquiavélica. El PSOE repartió las cartas y De Francisco las jugó magistralmente y ganó la partida. La concejala Natalia Rodríguez convocó exultante a los medios de comunicación. José María Rodríguez de Francisco -vino a decir la edil socialista- tiene la firma más cara del mundo, es un despilfarrador. Se ha gastado más de cien mil pesetas (exactamente 689 euros) en la compra de un bolígrafo. Los periodistas, como es su obligación, llamaron al concejal leonesista y éste lo desmintió. Afirmó que era falso, pero no tuvo interés alguno en dar más explicaciones ni en mostrar la factura que lo aclaraba todo. Eso se lo guardó para el día siguiente. Así el efecto sería mucho mayor. Efectivamente, el PSOE, por negligencia en el contraste de datos, había intentado engañar a los periodistas al pasar unas cifras que resultaron falsas. No se trataba de un bolígrafo, sino de cien. La denuncia de los socialistas ha tenido de esta forma un efecto bumerang. Les ha estallado en la cabeza. A partir de ahora cualquier denuncia de los concejales del PSOE será puesta en entredicho. Han perdido su credibilidad. Otro político en su lugar hubiera salido el mismo día de la denuncia con la factura que le exculpaba de la acusación. Habría neutralizado de esta forma la difusión de la noticia. De Francisco tuvo la frialdad de esperar 24 horas, hasta ver en letras de molde el patinazo de los socialistas, para que el efecto del desmentido resultara más contundente. Con una sola acción ha evidenciado las malas artes en política, ha desprestigiado a la oposición y, lo que resulta más importante, ha inyectado el antídoto ante la posibilidad de otras denuncias. De paso, ha creado la duda respecto a la utilización del dinero público por parte del PSOE cuando ejercía el gobierno municipal. De Francisco dijo que había querido sacar a la luz pública facturas de dietas de los concejales socialistas, pero que Amilivia le había pedido que no lo hiciera para no enturbiar más la vida política. Magistral. Porque De Francisco sabe que ahora, por respeto a los ciudadanos, está obligado a aclarar qué es eso de las dietas.