Convención del PP

MÁS de tres mil militantes del PP inician este viernes, y hasta el domingo, una convención dedicada a meditar sobre las actuales circunstancias del partido y a ofrecer a la sociedad española, mediante gran lujo de efectos especiales, una imagen de alternativa de gobierno responsable y moderna. Cae este retiro espiritual en el ecuador de la legislatura, un momento favorable al análisis sosegado de las últimas experiencias y a orientar, en su caso, las oportunas correcciones. El PP siente que está pisando los talones al PSOE en los sondeos y se dispone a disputar enardecidamente las elecciones municipales y autonómicas del próximo año con vistas a ganar las generales del 2008. No se esperan modificaciones de rumbo en esta convención, mero órgano consultivo entre congresos, pero sí algún intento de romper el aislamiento político y parlamentario que ha dejado al PP sin amigos. Pero si en la política y en el Parlamento no encuentran compañía los populares, en amplios sectores sociales y de gran influencia mediática se ven apoyados por la asociación mayoritaria de las víctimas del terrorismo, por la Conferencia Episcopal y por las cuotas de jueces y fiscales que deben sus cargos al patrocinio del PP. A lo que debe añadirse, como gran tesoro de este partido, la fidelidad de su electorado, que le acompaña tanto en la serenidad como en la bronca. Sobre todo si la bronca se origina en la defensa de España como unidad territorial y en los valores constitucionales, que la dirección popular ha hecho suyos y tan celosamente custodia. Una convención organizada meticulosamente y a lo grande, en la línea de las grandes apoteosis estadounidenses, posiblemente modifique durante un tiempo la agresividad verbal de los dirigentes del PP más especializados en la argumentación punzante. Y algunos observadores esperan que en asuntos tan delicados como la política antiterrorista dé un giro el principal partido de la oposición en apoyo de la actual línea del Gobierno. En la resolución que debata y apruebe el grupo dedicado al problema del terrorismo etarra, y a la luz de lo dicho por el secretario de Comunicación, Gabriel Elorriaga, es muy probable que la convención recomiende un apoyo al Gobierno en la lucha contra ETA. Porque en la lucha contra la banda etarra los ciudadanos españoles cuentan con el compromiso absoluto del PP. El presidente Rodríguez Zapatero cuenta, por ello, con el PP. Pero... a cambio de ese apoyo, los 'populares' exigen no sólo lealtad recíproca al Gobierno, sino también voluntad verdadera para acabar sin subterfugios, atajos y propaganda con el terror.