LA VELETA
Mujer igual a hombre
INTENTA corregir el Gobierno socialista las desigualdades entre hombre y mujer en el mundo laboral -y en todos los aspectos de la vida- mediante un proyecto de ley que aprobó el Consejo de Ministros. El proyecto de Ley de Garantías e Igualdad responde a las diferencias salariales y de promoción que en la mayoría de las empresas españolas perjudican notablemente a la mujer respecto al hombre. Y el ministro Caldera, tras el Consejo de Ministros, afirmó que el logro de la igualdad es objetivo prioritario de los poderes públicos en todos los ámbitos humanos. Hasta las listas electorales deberán ser paritarias, con la flexibilidad de una diferencia a favor de uno u otro sexto no superior nunca al 60% ni inferior al 40%. Las centrales sindicales habían aplaudido el proyecto, aunque considerándolo manifiestamente mejorable, mientras que la patronal CEOE, cuya presidencia ostenta un José María Cuevas en apariencia vitalicio, arremetió contra esta iniciativa legislativa en un comunicado que pretende ser el preámbulo de una declaración de guerra o, más bien, una advertencia de la patronal al Gobierno recordando que el buen empresario no acepta injerencias normativas en su negocio, a no ser, debe entenderse, las de las subvenciones y el proteccionismo. Cuando la CEOE se manifiesta, es difícil saber si lo manifestado es un pronto de Cuevas o la opinión real del empresariado. Cuevas es y no es la CEOE, y ello porque este presidente de ideología sintonizada a la de sus presididos carece de prestigio empresarial, lo que si de puertas hacia fuera no le perjudica, de puertas hacia dentro le infravalora considerablemente. De ahí que los empresarios le voten elección tras elección, y no tanto por fidelidad a su nombre como su escaso relumbre interno, que facilita que la cumbre de la CEOE no se politice demasiado. En su comunicado de ayer, la patronal dramatiza un poco y advierte que el diálogo social está en peligro. Tal vez lo mejor de este proyecto de ley sea su ambición transversal, por usar un adjetivo del ministro Caldera, pues va a irse extendiendo a la función pública, a la Educación, a la Sanidad, al desarrollo rural, a la contratación de las administraciones... en una palabra, en España podrá expresarse matemáticamente la relación entre hombre y mujer: «Mujer igual a hombre, y viceversa», pues el orden de los factores no deteriora la igualdad. Hay, sin embargo, circunstancias biológicas que diferencian el tratamiento legislativo entre la mujer y el hombre. El hombre, por ejemplo, sólo tendrá ocho días de permiso de paternidad, mientras que el de la mujer, que es de maternidad, se extiende a muchas semanas. Es la diferencia que permite la continuidad de la especie. ¡Viva la diferencia!