León y el idioma español

PINTAN BIEN las iniciativas que están surgiendo para convertir el idioma español en un recurso económico, como el próximo encuentro en León de los directores del Instituto Cervantes de todo el mundo, o la constitución con tal fin de la Fundación de la Lengua Española, radicada en Valladolid, pero con presencia destacada en su patronato de algún insigne empresario leonés, como Ignacio Tejera en representación de la ya famosísima Agelco. Quienes hayan intentado completar el aprendizaje o mantener su nivel de alemán, francés, o por supuesto de inglés, con los imprescindibles cursos de inmersión en el extranjero habrán comprobado seguramente el filón que supone la enseñanza de un idioma pujante a extranjeros, y no sólo para las universidades, sino también para academias privadas, residencias que facilitan alojamiento, agencias de viajes que ofrecen programas complementarios de ocio, hosteleros... Esto sí que es una alternativa, y no el turismo rural, que en muchos casos sólo sirvió para arreglar la casa del abuelo con dinero público. Para aprovecharse de este recurso no hace falta tener playas, sino contar con una población que hable el idioma de una forma más o menos correcta, y de eso, por el momento, León tiene en abundancia, o al menos en más abundancia que la mayoría del país, a pesar de que aún se oigan esas frases cantarinas que dicen: -¿Todavía no te comísteeess el polloooo? Pues cómetele ya . León tiene el idioma y nadie se lo puede arrebatar aunque quieran. Sólo falta quien lo sepa aprovechar.