PANORAMA
Descoordinación
YA ME parecía a mí que el único problema que tenemos es que andamos un poco descoordinados. Tampoco mucho. Pero un poco sí que estamos. Lo acabamos de ver el caso de la niña catalana. A esa niña que ingresan en un centro hospitalario con evidentes síntomas de malos tratos hace tres meses. Y que ahora resulta que vuelve a estar en coma profundo, probablemente en el mismo hospital, a consecuencia de otros malos tratos. Pero la justificación que nos han dado resulta del todo convincente. Por no decir insultante. Falló la coordinación. Es decir que estaban un poco descoordinados. Porque, naturalmente, tres juzgados, dos policías, dos servicios sociales y otras tantas administraciones es mucha gente para estar coordinada. Aunque esté en juego la vida de una niña de cinco años que ha debido de sufrir lo indecible por la desidia, la inoperancia y la incapacidad de quienes tienen la responsabilidad, aunque ellos se empeñen en llamarle descoordinación. Los detalles de los malos tratos padecidos por esta cría, que hemos ido conociendo en los últimos días, son lo suficientemente aterradores para que el caso no quede así. De acuerdo en que su madre, el compañero de su madre, el padre biológico y toda la coral polifónica, nos da igual, son unos degenerados que han de recibir su castigo. Pero lo más tremendo de este caso, además de los malos tratos y las vejaciones, es que quienes tenían la responsabilidad de evitar la segunda agresión, han mirado para otro lado y ahora se justifican encogiéndose de hombros y apelando a que falló el protocolo y la organización. Estamos pagando a unos jueces, a unos policías, y a unos trabajadores sociales para que hagan su trabajo. Tan sencillo como eso. Se asegura que el Tribunal Superior de Cataluña va a abrir una investigación. No vaya a ser que descubra que estaban más preocupados por si el Camp Nou le silbaba a Mourinho que por salvar la vida de una cría de cinco años.