Plan de choque contra la sequía

EL GOBIERNO ha preparado un plan de choque contra la sequía. No es «una burra vieja que nos quieren vender por segunda vez», según ha criticado el consejero de Agricultura de la Junta de Castilla y León, José Valín. En nuestra provincia el plan afecta especialmente a las zonas que riegan con agua del embalse de Barrios de Luna, que como se sabe, a estas alturas de marzo todavía no ha alcanzado un tercio de su capacidad, lo que hace peligrar las sementeras de remolacha y maíz. Los agricultores del Páramo están pendientes de una reunión con la Confederación Hidrográfica del Duero para decidir qué pueden o no sembrar en función del agua disponible. Mientras tanto, dirigentes de las Comunidades de Regantes han desempolvado el viejo proyecto del embalse de Omaña. José Valín se dio mucha prisa en recoger el guante y apoyar sus demandas. Pero su declaración oportunista fue contestada airadamente por los cuatro alcaldes de los municipios afectados. Y los cuatro corregidores, por cierto, son del Partido Popular. En medio de este embarramiento, el Gobierno ha incluido en el plan de choque contra la sequía modernizar 22.000 hectáreas de la comarca del Páramo, con una inversión total de 149 millones de euros (o sea, de 24.800 millones de las antiguas pesetas). Esta inversión permitirá ahorrar 75 hectómetros cúbicos de agua al año, lo que convierte en innecesario e inútil el debate sobre el embalse de Omaña. La modernización de esas 22.000 hectáreas del Páramo es el resultado del eficaz trabajo llevado a cabo por la Seiasa del Norte desde que hace menos de dos años la preside el leonés Graciliano Palomo. Si Palomo ya había probado su capacidad de gestión, la está reforzando una vez más al frente de esta sociedad estatal. Graciliano Palomo ha gastado sus energías en los meses pasados para persuadir y llevar información a los regantes. A los mismos que anteriormente se habían negado a modernizar sus explotaciones y a invertir dinero en ellas. Yo suscribo lo publicado ayer por este periódico: el plan de choque es una apuesta decidida del Gobierno por la agricultura y el medio ambiente, que son, por otra parte, totalmente compatibles y complementarias. Pero la situación de sequía diagnosticada también ha puesto de manifiesto alguna incompetencia escandalosa. La primera es que el embalse de Casares no está almacenando agua, aunque está acabada la presa. La Confederación Hidrográfica del Duero y Redesa no han movido una línea de alta tensión que pasa por el fondo del vaso. La segunda, igualmente escandalosa, corresponde al embalse de Villagatón. Fue construido por la Junta de Castilla y León hace más de diez años. Bien, pues ni almacena agua ni ha sido cedido a la Confederación. Ese embalse debería complementar los riegos del embalse de Villameca, que está todavía más bajo que el de los Barrios de Luna. Cuando los regantes del río Tuerto no tengan este verano agua para sus cultivos, ¿a quién pedirán explicaciones por haber dejado escapar la del embalse de Villagatón?. Si el agua es un bien necesario y escaso, no son de recibo situaciones como las enumeradas.