El fracaso de Irak

EL HECHO de que cuando se cumplen tres años del comienzo de la ocupación de Irak el Ejército estadounidense haya de emprender una gigantesca operación de «limpieza» en Samarra, en pleno triángulo sunní, demuestra el fracaso de la acción que presumía que bastaba con derrocar al dictador y localizar sus armas para empujar pacíficamente al país por el camino de la democracia. Washington pretende ahora, cuando la popularidad de Bush ha descendido a límites históricos, convencer a la opinión pública de que el Ejército iraquí, adiestrado por los aliados, está tomando cada vez mayor participación activa en las acciones contra la insurgencia pero esta información carece de sentido ante la evidencia de que estamos frente a un conato cada vez más sólido de guerra civil.