Diario de León
León

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ABRIMOS el arca de las palabras antiguas y nos embriagamos con perfumes de mieses, prados y viñas, hornos, pajares y bodegas. Lugares recónditos, arcaícos achiperres, agua que mueve molino... Las palabras tenían mucho que ver con las cosas que designaban y, claro, con la vida. Ahora ocurre a veces que las palabras se distancian de la vida, de la realidad, son virtuales, siglas ininteligibles, letras sin consistencia, términos políticamente correctos que ocultan el verdadero pensamiento. La sanidad pública asiste apocada a este baile de términos. Así el Hospital de León, aparte de ser un laberinto de pasillos donde todo cambia de un día para otro, ha adquirido el nombre de Complejo Asistencial de León en los membretes oficiales de Sacyl, abreviatura de Sanidad de Castilla y León. Un hospital como el de León, aparte de relucir en los Altos de Nava con sus flamantes espejos azules, tiene tres primordiales funciones: asistencia, investigación y docencia. Al reducir su denominación a complejo asistencial se limita su significado a la labor de atención a los pacientes (o ¿tal vez clientes según la terminología gerencial?), obviando en esta terminología pomposa las facetas de investigación y formación. No, no hay peligro de que desaparezcan estas funciones, pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Y a las personas, también. Viene esto a cuento del plante que las parlamentarias socialistas y de Izquierda Unida, y también el ministro Alonso, realizaron a Zaplana en el Congreso de los Diputados por su ignorancia, maledicencia y machismo al atacar a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega por andar por la vida, y por África también, sin complejos, con la confianza a flor de piel y la seguridad en la mirada. A los Zaplanas de turno les molesta eso más que el atuendo. Su enraizada misoginia les impide ver que el feminismo no es un insulto, sino uno de los movimientos sociales más importantes del siglo XX; el machismo, en cambio, es una perversión de la conducta de hombres con complejos.

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