Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Buenas vibraciones

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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SE DILUYEN los ecos del botellón. Han sido como el humo de las chimeneas sobre los tejados. La lluvia se alió contra los convocantes. En Castilla y León, sólo en Salamanca dieron la nota, con incidentes y detenciones. La gran macroconvocatoria la albergó, a nivel nacional, Granada. Acudieron unos 20.000 jóvenes para regocijo de supermercados y de organizadores, entre los que no faltaron dos ediles populares que diseccionan con claridad ocio y negocio. Ha concluido, digo, el festejo insólito del botellón, y casi sin tiempo para reponer los espacios a su estado originario, continúa la inquietud. Quizá muchos dormían aún la resaca cuando otros desplegaban sus pancartas para protestar contra la guerra de Irak. Es el tercer aniversario de la ignominia. De la invasión, en la que desgraciadamente también entró nuestro país para avalar una guerra injusta e ilegal. La foto de las Azores aún permanece en las retinas de los españoles. Cada día, tres años después, las cámaras nos sirven escenas de muerte y desolación. Esa foto fija es la que nos desgarra, no el disfraz de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, bailando con mujeres africanas. Por cierto, se ha cumplido una vez más que por la boca muere el pez. El inquisidor de turno, Eduardo Zaplana, pudo ver en toda la prensa nacional cómo exhibían su imagen de campesino arrocero, ataviado al más puro estilo de las novelas de Blasco Ibáñez, cuando ocupaba el sillón presidencial de la Generalitat valenciana. Algunos cientos de leoneses se manifestaban ayer contra la guerra de Irak. Igual que en otras ciudades del mundo. Las manifestaciones coinciden con la operación «Enjambre», la más destructiva desde la invasión. Dicen que el fin último es evitar una guerra civil, y pocos creemos ya en los mensajes. Nos aferramos a lo tangible, no a lo etéreo. Y lo real para nosotros es el golpe policial «sin precedentes» a la mafia rumana. De una sola tacada han detenido a 297 componentes del clan. Operaban en once provincias de ocho comunidades autónomas españolas. Su cabeza de dragón estaba en Rumania. La gran mayoría ya está entre rejas. La red mafiosa abarcaba casi todo lo ilegal: asalto a domicilios, atracos a negocios, prostitución, narcotráfico o clonación de tarjetas de crédito. España era su manantial de agua fresca. Cuando los teletipos machacaban su nerviosismo sirviéndonos la noticia, en la tele Cuatro ofrecían la película El Padrino . La mafia rumana y la siciliana se parecen mucho. Don Corleone gobernaba el crimen y la ilegalidad en varios estados norteamericanos. La rumana tenía su trono en nuestro país. Esta mafia, al igual que la blanqueadora de dinero en Marbella, o la del narco en Galicia, o la asquerosa red pedófila en varias latitudes del mundo, podrían corroer los cimientos del Estado. Han sido liquidadas. Este país tiene una gran suerte al contar con José Antonio Alonso como ministro de Interior. Es leonés y todos nos sentimos orgullosos. Porque Alonso no es el ministro de Interior del Gobierno socialista. Es el ministro de todos los españoles. Ha demostrado con creces su eficacia. Ha escudriñado en las entrañas de las miserias, mientras sus predecesores miraban para otro lado. José Antonio Alonso nos da a los españoles muy buenas vibraciones.

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