Para dar y tomar

LLEVAMOS demasiado tiempo viendo un futuro pesimista, en una provincia cuya minería se arrincona y cuyo campo se despuebla, por lo que me alegra que surjan nuevas posibilidades que ayuden a quienes se niegan a marchar de aquí. El trabajo de los investigadores de la Universidad leonesa para obtener hidrógeno de la basura orgánica es una inyección de optimismo, igual que la instalación de paneles fotovoltaicos en las yermas tierras del sur de la provincia. Basura y sol tenemos para dar y tomar, así que el futuro es nuestro. Si el pasado siglo nuestra basura viajó a los cuatro puntos cardinales de la Península, ahora no será necesario hacerlo, no sólo porque existe el CTR, sino porque fabricaremos hidrógeno y la energía producida nos hará fuertes industrialmente. Este campo de la energía, en el que el carbón y los pantanos nos hicieron destacar desde hace tiempo, seguirá siendo nuestro mejor valedor en el futuro. Habrá que recibir basura orgánica de otras provincias y pasar a ser una potencia en la obtención de hidrógeno. Lo mismo debe ocurrir con las tierras del secarral sur de la provincia, cuando el agua puede ser un bien escaso en un futuro cada día más próximo y Europa no cuenta con nuestra agricultura, por haber otras más interesantes. Pero territorio y sol nos sobran, así que llenaremos las llanuras de paneles solares y produciremos energía limpia en grandes cantidades. Ese será nuestro oro, que podremos exportar a una Europa necesitada, como ya ocurría durante el Imperio Romano. Volvemos a los orígenes.