EL BALCÓN DEL PUEBLO
Tranquilidad espiritual... y vacacional
AUNQUE ya el pasado día 3 Nicolás Miñambres, compañero y amigo, voceó el pregón oficial, hoy estrenamos el tiempo turbador de la Semana Santa leonesa. Y lo estrenamos con el rito precesional de La Dolorosa, que organiza la parroquia de Nuestra Señora del Mercado. Así ha sido siempre. Desde los primeros alientos espirituales a nuestros días, en que la Semana -en realidad son diez jornadas: concluye el 16, domingo de Resurrección con la procesión del Encuentro- ya tiene vitola de Interés Turístico Internacional. Es tiempo espiritual, pero también vacacional. De ocio. Sin duda, la Semana Santa constituye un atractivo turístico de primer orden para la ciudad. Y supone un valor añadido extraordinario. Aseguran que no quedan plazas en los hoteles. Llegan muchos y se van también muchos: a la costa, a estaciones de esquí, a casas rurales. Son diez días para aniquilar la rutina. Yo he practicado la diáspora. He disfrutado entre dos mares del sosiego y, también, de la procesión del Encuentro, televisada en directo, mientras caían copos de nieve como lágrimas blancas. La DGT (Dirección General de Tráfico) estima que habrá quince millones de vehículos en carretera en estas festividades. Ha redoblado su campaña para prevenir accidentes. El pasado año hubo más de un centenar de muertes sobre la brea. No es de extrañar que sus mensajes tengan altas dosis de tremendismo. ¿Volverás con vida?. Es la gran incógnita que debe instalarse en todos los automovilistas. El antídoto son las dos «pes»: Prudencia y paciencia. La labor de pedagogía psicológica de la DGT ayuda, siempre complemantada con su voracidad sancionadora. Miles de coches camuflados serán el ojo normativo. Y al que se salte las normas, le pondrán la horma. Espiritualidad y ocio van de la mano en Semana Santa. Pero hay otras singularidades. Ya existen muchos negocios que limpian con bicarbornato las chapas de cobre alfonsinas. La letanía será siempre la misma: a cara, o lises, va la mano, mientras el corro se llenará de euros. El juego de las chapas está institucionalizado: en León capital, en La Bañeza, en Valencia de Don Juan, en Bembibre, Mayorga o cualquier otra latitud. Es una singularidad. Y otra, por qué no reconocerlo, es el «entierro de Genarín». Se cumple el centenario del nacimiento del poeta apócrifo más influyente de León: Francisco Pérez Herrero. Es el padre del mito pagano, de un Genarín borrachín, desastrado e inútil. Un ángel de todas las causas perdidas. Quizá por ello lo ha levantado en andas esa cofradía de utópicos. Brindan con limonada y orujo por los «milagros» de la nada. Es, digo, tiempo espiritual y vacacional. Aquí se llenarán las calles y plazas de procesiones y visitantes. No sé si también Marbella logrará llenar sus playas y hoteles, tras la golfada de sus gobernantes. Ayer el Consejo de Estado, aunque su informe no es vinculante, favoreció la decisión que hoy tomará el Consejo de Ministros: habrá Comisión Gestora. Yo también estreno hoy el tiempo vacacional. Hasta la vuelta.