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León

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El pasado 10 de marzo, Julia Gutiérrez Marne escribe, en esta sección una queja sobre cómo se selecciona al personal de las administraciones públicas, con el título «exámenes y decepción». El problema es que sucede de continuo. Y todo el mundo lo conoce, sin que haya una regeneración político-administrativa absolutamente necesaria, pues finalmente toda la ciudadanía sufre las consecuencias. Pero se ve normal y todos buscan el favor y olvidan sus derechos y los de la sociedad. Sucede en todo: para elegir monitores de teatro en el Ayuntamiento, o deportivos, Policía Local, funcionarios, técnicos de las administraciones, en la judicatura y hasta en la elección de los carnavales, desde las mises o las comparsas ¡en todo! Se trata de un mal endémico, que viene de lejos. O somos conscientes de ello o no cambiará y seguiremos quejándonos dentro de un siglo, para nada. Quien mejor describe la situación actual es la condesa D'Aulnoy, en su viaje por España. El 7 de junio de 1679 escribe a su prima, contándole algunas cosas que observa de este país. Lo que llama gobernadores llámese empleo público: «El joven aprende menos de lo que debería saber: ese ilustre haragán será escogido para ir a gobernar a pueblos que padecerán por su ignorancia. Lo que es todavía más lamentable es que un hombre tal se cree un gran personaje y no se gobierna sino por su propia suficiencia y sin tomar consejo de nadie. Su mujer no suele ser tampoco un genio ni tener habilidad, sino una necia vanidad, de la que se enorgullece, y ése será su mayor mérito, y a menudo gentes de una capacidad consumada han de verse sometidos a esos dos superiores que les dan por superiores» ¡Año 1679! Ramiro Pinto Cañón ( León) 1397124194 Por favor, hagamos un poco de autocrítica Con esta carta me gustaría contestar y dar mi opinión respecto a algunas afirmaciones publicadas en la prensa estos días sobre el botellón universitario. 1.º Entiendo que la juventud se queje de lo caras que están las copas en los pub, que digan que con lo que cuestan dos copas así se toman siete, pero yo quiero preguntarles ¿necesitáis beber tanto para divertiros?. Si es así siento mucha pena porque no sepáis disfrutar de la vida si no es emborrachándoos. No quiero tampoco generalizar, sólo lo pregunto a los que habitualmente lo hacen. 2º Al señor alcalde me gustaría pedirle en concreto que no se tomara con tanta frivolidad como lo ha hecho el tema del botellón. ¿Dónde estaba la policía el jueves en el campus?,yo no la vi, bueno miento había un coche patrulla aparcado cerca de la rotonda de los ambulatorios. Créame, señor alcalde, había menores y lo que es más grave, jóvenes totalmente bebidos conduciendo sus propios automóviles. 3º A los estudiantes yo les pediría un poco de autocrítica, me explico. Cuando se les ha permitido poner carpas, la suciedad se acumula igualmente, no como el jueves pero sí en gran cantidad y si no que se lo pregunten al barrendero del campus.En cuanto al cierre de los centros les digo que no se empezaron a cerrar hasta que empezaron a entrar los jóvenes (universitarios o no) supuestamente al servicio y destrozaban puertas, orinaban y bebían dentro de las aulas, vomitaban en cualquier sitio, vaciaban extintores, y así un largo etcétera... Pensad un poco en esto y no echéis toda la culpa a los demás. Ana Ga rcía (León)

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