Cerrar
León

Creado:

Actualizado:

MARTINA tenía un novio rumano que la entregó a las mafias de la prostitución. Un día la policía cerró el garito y las mujeres salieron en busca de ayuda. A Martina la acogieron en un centro de religiosas. La idea de tener un hijo de un desconocido debía atormentarla. Las monjas impiden, cierto día, que se clave un cuchillo. La criatura llega al mundo sana y salva. A los dos años a Martina la buscan trabajo como cuidadora de una pareja de ancianos. Su bienestar duró poco tiempo. Tiene dos nuevas tentativas de suicidio. Martina cree que su ex pareja viene en su busca para obligarla a prostituirse de nuevo. Es hospitalizada un mes y medio, mientras la menor pasa a ser tutelada por la Junta. Los médicos no aquilatan un diagnóstico certero de su estado mental, pero los servicios sociales deciden la adopción de la niña. Durante el tiempo que Martina permanece ingresada la trabajadora social del hospital remueve Roma con Santiago en busca de un centro de acogida. Llama a muchas puertas, empezando por la Junta. Pero en la red de pisos para mujeres víctimas de maltrato no admiten a enfermas mentales. El diagnóstico, sin ser certero, echa para atrás a las oenegés que trabajan con inmigrantes en León. A primeros de julio, una asociación de mujeres decide acogerla. Pero tras nueve meses de intentarlo todo -discapacidad, pensión, curso de formación de camarera, centro de día en Santa Isabel- ha tenido que claudicar y negarse a su acogida. Martina reitera intentos de suicidio y crece la tensión y el riesgo para mujeres y menores acogidos en el piso. Nadie sabe cuánto hay de cierto en esas voces que Martina parece escuchar, la de su ex pareja amenazándola. Ingresa de nuevo en salud mental. Quince días y a la calle. Los servicios sociales que protegen a su hija no tienen nada para Martina. Sólo una oferta de adopción. Ella se niega. Hay quien cree que la mejor solución es que Martina vuelva a su país. Queremos sus hijos, pero no sus problemas. Consentimos la prostitución, pero no asumimos sus consecuencias. Martina es un nombre ficticio, la historia es real.

Cargando contenidos...