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CRÓNICAS BERCIANAS

Entre gaitas, pontífices y meapilas

Publicado por
MANUEL FÉLIX
León

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¡CÓMO CUESTA retener un euro en el bolsillo!, ¡Hay que ver cómo se va el dinero!, sin más. Una alegría a mayores, la mano a la cartera o a la traidora tarjeta de crédito y después, a silbar todo el mes, a dos velas. La queja es generalizada y hasta lo dicen los que disponen del maldito parné. Pero, lo sorprendente y lo paradógico es que, sales un día, vas al restaurante y está lleno. Sigues la fiesta, vas a tomar una copa, y cuesta mantener vertical el vaso, más por los apretujones del personal que por los efluvios de la bebida. Y en esas estamos, con hipotecas, recibos del coche, impuestos, facturas y averías varias, cuando va Velentín Fernández, -el que preside un patronato berciano de turismo y bautizó a Medulín-, y resucita las alas del águila franquista: Una que está en Ponferrada esmaltada en una vidriera a los pies de una santa, dentro de la basílica de La Encina. ¡Manda truco!. Tiene que venir la izquierda para que exista la derecha o, ¿era al revés? Pero, la Iglesia no es manca, y va el rector de la basílica, Antolín de Cela, y le dice a Valentín Medulín que la fiesta la pague él, de su bolsillo. Y ya puestos, le anima a que reclame también que dinamiten el pantano de Bárcena y la central térmica de Cubillos, porque es obra de Franco. ¡País!, que diría Forges. Con estas gaitadas, que ya aburren a las moscas y dan cuenta del alto nivel intelectual de políticos y curas para centrar a la sociedad en lo que realmente les importa, -más bien poco-, llegaron ayer a Ponferrada los 3.000 hijos de San Luis Foxo y Manuel Fraga; Ese orensano al que los puristas de la gaita han fustigado por colocarle faldas a los gaiteros y destrozar la esencia del instrumento patrio. Y aquí, en el Bierzo, que no podemos estar callados ante nada; pues eso, salen unos de Villafranca y la emprenden con el palo del bombo contra el sacrilegio que ayer se cometió en la capital berciana, con la música de los 3.000 por las calles. Hay veces que es mejor estar callado, y me incluyo en el listado. ¡Qué manía, la de algunos, a la hora de pontificar sobre la pureza del todo! Siempre nos quedamos en lo nimio: que si alas franquistas, que si faldas escocesas para gallegos. La gente disfrutó en Ponferrada viendo vida y música. Es como ponerse a discutir sobre la esencia de las palmas de mercadotecnia o el tradicional ramo de olivo en Domingo de Ramos. Todo es querer liarla. Y ahora, aprovecho y pontifico: No hagan caso de los que siempre quieren liarla y disienten de todo lo que se mueve. Es para desconfiar. Están en contra del mundo y de la esencia misma de lo español. Si hay cabroncetes que siempre te meten el dedo en el ojo, hay que asumirlo, porque todos tenemos esa parte alícuota de cabroncete. Pero, otra cosa es ponerle pegas hasta una juerga. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Por cierto, aprovecho para quejarme por la campaña de la Dirección General de Tráfico. Esta Semana Santa, cuando me ponga al volante del coche, iré tan acojonado pensando en si me va a tocar a mí morir, que puede que la líe. Pero, la responsabilidad subsidiaria será del Estado, por meterme ese miedo en el cuerpo. Por eso, creo que ya está bien de tanto meapilas y de tanto intervencionismo estatal en mi vida. Quiero ser libre. ¡País!

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