LA VELETA
Despistes
NADIE espera de los gobiernos y las oposiciones que se cojan de la mano cuando se les ve juntos o que se besen cuando se encuentren a solas. En ese mismo sentido y orden de las cosas, nada sería más insólito que el trabajo de un militante del PSOE a favor del PP o de éste a favor de aquél. Las cosas son así y así parecen ser, a menos que uno las estudie para no saberlas o las observe con el único afán de desconocerlas. Hace unos semanas, en una de estas mismas columnas, se criticó la actitud del presidente José Luis Rodríguez Zapatero al argüir que no confiaba en el líder de la oposición. En este fin de semana ha sido este líder, el señor Rajoy, el que nos ha puesto al tanto de lo nula que es su confianza en Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro de Interior. Tanto Rodríguez Zapatero entonces, como Mariano Rajoy ahora, parecen olvidar que sus sueldos no dependen de la confianza que el uno esté dispuesto a depositar o no en las argucias del otro, o en cualquier otra cosa de entre las que se le den por buenas (o por malas). La confianza no forma parte de las virtudes que se le suponen a un político, entre cuyas destrezas puede figurar con mayor eficacia la desconfianza. Algo así tendrá que poner el Partido Popular en juego a la hora de escrutar los escenarios y las opiniones que Pérez Rubalcaba se esforzará, sin duda alguna, en crear desde su nueva misión al frente del Ministerio del Interior para la que cuenta con una pericia muy acreditada en cuantos medios de información públicos y privados ha sabido ejercer su influencia. Frente a tanta desconfianza sorprenden ciertos despistes respecto, por ejemplo, a la distancia en que Zapatero va situando a políticos como Bono y Vázquez, estimulantes de lo que pudiera ser el voto socialista del católico, si es que el católico vota como tal, que puede que no. O frente al margen en el que puede hacerse más estrecha la relación entre el Ministerio del Interior y la consejería vasca del Interior, a juzgar por lo dicho tras la visita del lendakari a la Moncloa. O ante un hecho cierto del que Zapatero habrá informado a los líderes de los partidos pero no, desde luego, a la ciudadanía que es la que les paga el sueldo a todos. Me refiero a que el español de grado medio se ha enterado de los encuentros que han mantenido socialistas vascos y gente de la banda ETA en Noruegagracias a la visita a Madrid del presidente de ese país. ¿Se vieron los del PSE con los mismos que el líder de ERC, Carod Rovira?