Qué hay de malo

AL OÍR y leer a los diferentes columnistas y pensadores políticamente correctos, y siempre de acuerdo con el sistema, uno puede empezar a pensar que todo es bueno y que no hay razón para cuestionarse nada ni para que nada sea sometido a crítica: Qué hay de malo en que un niño quiera ser libre y exija a sus padres respeto por sus decisiones, o que exija al maestro que no insista tanto para que estudie o para que aprenda, o que les advierta de que si persisten pueden incurrir en tortura o violación de los derechos del menor. Qué hay de malo en que un profesor tenga que aguantar las travesuras del alumno si es un jovencito que está muy necesitado de actividad, de expansión. Qué hay de malo en que los niños se peguen entre ellos si esa es una forma de adquirir destrezas físicas, si es un método de selección natural en el que los más astutos serán los líderes y los obtusos acabarán como buenos seguidores de sus órdenes. Qué hay de malo si las relaciones se establecen así. Qué hay de malo en que los jóvenes que ya han adquirido la mayoría de edad puedan celebrar sus fiestas semanales o diarias, que puedan beber todo lo que quieran. Qué hay de malo si es la única ilusión que tienen en la vida, si toda su actividad semanal está orientada, dirigida y esperanzada por ese momento de convivencia. Si es el momento en que son felices, si no hay otra meta en la vida que les pueda hacerse sentir satisfechos, si el botellón es su máxima aspiración. Qué hay de malo, por qué vamos a ponernos trágicos y a ser catastrofistas si ellos no saben hacer otras cosas. Qué hay de malo en que una pareja de jovencitos que esperan casarse no sean románticos, ni delicados, ni deseen serlo. Si ellos quieren ser espontáneos, naturales, descuidados, aunque puedan parecer violentos a los ojos de personas llenas de prejuicios, aunque todos vean que acabarán en clara violencia doméstica. Qué hay de malo si ellos quieren. Qué hay de malo en que el Partido Popular apoye a los homosexuales y le guste que se casen en civil matrimonio dentro de sus propios ayuntamientos. Si es en ejercicio de su libertad, amparados por los máximos dirigentes del partido, de forma privada, sin intención de ser ejemplo para otros, sin querer mezclar sus tendencias sexuales con sus preferencias políticas. Si eso ya empezó a hacerlo la Guardia Civil en el Gobierno de Aznar. Qué hay de malo es que algunas regiones, nacionalidades o comunidades autónomas quieran ser naciones, o pretendan ser Estados independientes, si eso las hace felices, si van a ser uno más en la Unión Europea. Qué hay de malo en que Arnaldo Otegi se burle de la Justicia, de los jueces y de toda la Administración del Estado. Qué hay de malo en que los asesinos de ETA que están presos puedan salir de la cárcel bajo promesa de no matar más. Qué más da todo si al final no pasa nada. O eso es lo que piensan muchos de nuestros políticos, pensadores o columnistas, se mire donde se mire.