Al rebote

Palacio de la Moncloa, mayo del 2008. - «Presidente, estoy confundido; me ha llamado el que manda en Ceuta y no sé qué decirle». - «¿Y eso?» - «Pregunta qué coño hace con su reforma estatutaria, que si se quedan en ciudad muy autónoma, en nación, nacionalidad histórica, nación con historia, verja histórica, puerta de Europa, o qué?» - «¡Osma!, aún nos falta Ceuta. Ahí, como en Melilla, hay que hilar fino que hay moros en la costa. Ya está: 'La Asamblea de Ceuta, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la población polisémica de este territorio ligado con lazos fraternales al Magreb, se define como una realidad' . Y luego, lo de siempre... de acuerdo con la Constitución etcétera, etéctera; no me digas que no es una realidad». - « Cada día me asombras más José Luis, eres un crack. Después de lo de la realidá nasioná de Andalucía y del requiebro prodigioso de Cataluña, germen del estado-nación plurinacional que disfrutamos, lo de Ceuta sólo es superado por lo de Euskadi: ' Nazión-patria indisoluble de los vascos y conversos emanada de los derechos forales inmanentes enmarcados en la Constitución' . Claro que lo de Valencia fue de chapó... ' Para ofrendar nuevas glorias a España, todos a una vez cantemos que somos una nación'... Eso sí, lo que es para levitar es lo de España: España es la que es. Como Dios. Mundial». - «Sí, eso ha sido la pera limonera». - «Pues con lo de Ceuta cerramos el proceso, presidente; hemos puesto el país patas arriba y no se ha roto nada pese los agoreros». - «Ya te dije que era sencillo. El nacionalismo irredento necesita enemigos. Al hacernos amigos, al traer al redil a los de esquerra, a los batasunos y otras hierbas, les pusimos frente a frente con sus contradicciones y ya no se aclaran. Y las palabras... tienen la importancia que tienen. No perdamos el rumbo. Los que une a esta nación de naciones es el fútbol y las hipotecas. Anda Mariano, vamos al consejo cantando nuestro lema, como cuando estabas en los jesuitas: Al rebote, al rebote, pesimista el que no bote. ..