El útil rasero de Andalucía

SI SE OBSERVA la realidad de España con plena objetividad, libres de los prejuicios que hemos construido en tiempos de miseria y dictadura, no cabe ninguna duda de que Andalucía es la comunidad autónoma más diferenciada de España, y la que tiene mayor vitalidad social y cultural y mayor proyección económica. Al no tener sensación de crisis ni retroceso cultural, los ciudadanos de Andalucía no necesitan pregonar a diario sus diferencias dialécticas con España, ni engolar, al punto del ridículo, las expresiones políticas de su identidad. Por contraposición con la dinámica cultural de Andalucía, una parte importante de las demandas nacionales de Cataluña, de Galicia o de Euskadi podrían ser reducidas a signos de debilidad, y no de fuerza, como si las llamadas nacionalidades históricas fuesen conscientes de que, si desapareciesen las definiciones de su identidad, empezarían a diluirse de forma inexorable. Por eso creo que hay una coherencia absoluta entre las dos circunstancias que están caracterizando el proceso de redacción del Estatuto de Andalucía. Porque tiene plena lógica que los andaluces no reclamen su estatus de nacionalidad o nación, y que el PSOE haya elegido ambos términos, primero en el Estatuto de 1982, y ahora en su plácida reforma, para reconducir a chiqueros a todos los toros de lidia que se sueltan por el norte cada vez que se inician los festejos de reinterpretación de la nación española. Cualquiera que sea la perspectiva elegida para hablar de los hechos nacionales, la realidad andaluza emerge incontenible. Y no creo que haya ninguna persona inteligente que se atreva a salir con la monserga de que los andaluces no tienen lengua propia -el castellano-, o carecen de una identidad que se expresa de forma evidente. Por eso hace bien el PSOE al elegir la realidad nacional de Andalucía para introducir sus matices en el diccionario constitucional. Porque si por el Estatuto catalán vino el pecado original de la confusión, por el Estatuto andaluz viene la redención general de todo un sistema que los españoles tienen y sienten más claro que el agua. 1397124194