Irán: se agotó el mes

LA SESIÓN que celebrará hoy el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el caso iraní no será ejecutiva, pero Washington ya ha conseguido otra para el miércoles en la que pedirá que se sopesen sanciones políticas y económicas sobre Irán, que mantiene y dinamiza su programa nuclear. Hoy se cumple el mes que la Agencia Internacional de Energía Atómica dio a Teherán para informar sobre tal programa y, en concreto, para ver si detenía toda actividad de enriquecimiento del uranio. No ha sido así. El prestigioso director general de la Agencia, Mohamed al-Baradei, quien visitó Irán recientemente, hace siempre una distinción que los juristas no discuten: todo firmante del Tratado de No Proliferación (e Irán lo es) tiene el derecho a tal enriquecimiento en cuanto que parte del ciclo nuclear, pero debe acreditar sin duda que procede bajo el control de la Agencia y sin ejecutar simultáneamente un plan militar atómico encubierto. Hace un mes el Consejo se limitó a emitir una declaración presidencial (del presidente de turno del Consejo, un argentino en ese momento) sin poder vinculante alguno. Se está, pues, lejos de una resolución que sí tendría la fuerza de obligar, aunque la tradición permite afirmar que tal fuerza es más bien retórica y formal, como prueba el impresionante registro de Israel al respecto. Así pues, queda el camino previo, intermedio, usado en otras latitudes y en otros contextos: la eventual imposición de un programa de sanciones políticas y/o económicas. Hay un cierto consenso de que las sanciones casi nunca resuelven nada y con frecuencia empeoran las cosas y además, ahí está la oposición ruso-china a sancionar a Irán. ¿Qué hacer? El gobierno Bush mantiene que todas las opciones están sobre la mesa aunque parece poco probable que siga el sensato consejo que le daba en el Herald Tribune Zbigniew Brzezinski, jefe del Consejo de Seguridad Nacional con Carter. En un texto titulado «No ataquen a Irán» reunía las razones puramente prácticas por las que Washington cometería un grave error si recurriera a medios militares. No hay garantías de que le hagan caso