AQUÍ Y AHORA
Volar es peligroso
VOLAR es un peligro. Por poner un ejemplo, usted se coge un vuelo Santiago-Madrid y corre el mismo riesgo que si subiese en piragua todo el Amazonas o hiciese un safari por África en un 600. Volar resulta hoy muy peligroso porque el avión puede caerse en cualquier momento por falta de mantenimiento y porque quien lo pilota va muy presionado. Lo acaban de decir más de cuatrocientos pilotos que se manifestaron en Madrid exigiendo mayor seguridad, ya que, según parece, el Ministerio de Fomento, además de inspeccionar poco, oculta datos para incumplir las normas. Por el momento, desconocemos los motivos por los que los pilotos le han dado una bofetada a mi admirada Magdalena Álvarez, en la cara de todos los españolitos que habitualmente utilizamos el avión. Porque lo que han hecho ha sido ponernos un mal cuerpo que para qué. Y hacer que la próxima vez que subamos en un avión nos pasemos todo el viaje angustiados y estudiando las probabilidades que tenemos de que el aparato que nos lleva haya pasado la inspección y que, además, la haya pasado bien. Para mí que esto que han hecho los pilotos, esto de ponernos mal cuerpo, tiene algo que ver con problemas laborales. O buscan un incremento salarial, o adivinan algún recorte de plantillas, o quieren más descansos. Porque no tiene mucho sentido que denuncien falta de seguridad y que vuelan bajo presión cuando la solución sólo la tienen ellos. No despegar. Que es lo que le vamos a tener que exigir a partir de ahora a estos señores que son jornaleros del lujo, de la opulencia y de los salarios insultantes.