Balanceo

NOS BALANCEAMOS que da gusto. Pasamos con una facilidad pasmosa de un extremo a otro, casi sin enterarnos. Resulta que no hace tanto los homosexuales estaban obligados a esconderse porque se les perseguía con saña. Y ahora, de la noche a la mañana, nos brotan asociaciones por todas partes, como los champiñones en el otoño. Es raro el día en que no se presentan un par de ellas. Anteayer mismo se ha estrenado la Asociación de Policías Homosexuales de España, que tiene como una de sus finalidades la de reivindicar su diversidad sexual en el conjunto de las policías. Presentación que debería de sorprendernos lo mismo que si se decidiesen a crear una peña atlética o un coro parroquial. Pero no. Los telediarios, las radios y los digitales le han dedicado una parte importante de su tiempo, lo que quiere decir que es muy importante. Por eso un servidor, que sigue sin entender mucho de estas cosas, se pregunta quién les exige a estos policías y a estos guardias tener que hacer tal declaración. Y qué necesidad tenemos de saber cuáles son las tendencias sexuales de nuestros policías y de nuestros guardias civiles, si para lo que los queremos es para que mantengan el orden y para que no nos tiremos los trastos a la cabeza. Un servidor no entiende qué tiene que ver una cosa con la otra.