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TRIBUNA

Por un trabajo seguro, estable y con derechos

Publicado por
JosÉ Mª. Pérez Álvarez
León

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De nuevo, como todos los años, las y los comunistas, trabajadores y trabajadoras de todo el mundo estamos llamados a conmemorar esta fecha tan significativa de lucha y combate para la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora. Hoy igual que ayer, las desigualdades e injusticias laborales y sociales demandan de nosotros renovadas energías para ir ganando un futuro de igualdad y solidaridad. La globalización capitalista sigue demostrando, día a día, su incapacidad para garantizar unas condiciones de vida dignas para la gran mayoría de los habitantes del planeta. El hambre, la pobreza, las guerras, el expolio, la destrucción y la muerte arrasan pueblos, ciudades y continentes enteros que son sacrificados en nombre de un falso progreso. Aquel progreso basado en la búsqueda del máximo beneficio para unos pocos y que coloca en el centro de atención de sus políticas las necesidades del capital y del mercado, por encima de las necesidades vitales de los seres humanos y el desarrollo de sus sociedades. Este 1º de mayo viene marcado en el ámbito europeo por la Directiva Bolkestein, que ha sido aprobada por el Parlamento Europeo y que pretende liberalizar los servicios de la Unión Europea en los próximos años. Esta Directiva va a representar un duro golpe para los derechos laborales, los servicios públicos y su calidad. Las enmiendas introducidas por el Partido Popular y el Partido Socialista en el trámite parlamentario europeo, sólo han supuesto la modificación superficial del «principio del país de origen». En su lugar, se da libertad a las empresas para prestar sus servicios y a los estados libertad para establecer sus propias normas por razones de orden público, seguridad pública, protección del medio ambiente y salud pública. Tendrá que ser el Gobierno del país de destino, que quiera que esto no se lleve a la práctica, quien tenga que recurrir al Tribunal de Justicia Europeo, en cada caso, para tratar de imponer alguna limitación a las empresas que podrán operar con su legislación de origen, tanto en el plano laboral, como en el mercantil y administrativo. Este principio posibilitará que cualquier empresa con sede en países con menor regulación laboral pueda trasladar a sus trabajadores y trabajadoras a León, en las condiciones salariales, laborales y de seguridad establecidas en aquél país, sin que las normas específicas vigentes en nuestro marco legal tengan que ser cumplidas. Eso quiere decir que si una empresa sitúa su residencia legal en Lituania, por ejemplo, podría proporcionar servicios en León rigiéndose por las leyes lituanas: condiciones salariales, derechos sociales, normativa de medio ambiente, etcétera Frente a estos y otros ataques impulsados por las fuerzas políticas conservadoras y socialdemócratas europeas que vienen a responder a la lógica neoliberal del Tratado Constitucional, no cabe más respuesta que la denuncia, la organización y la movilización. Los trabajadores y trabajadoras, la juventud, los sindicatos y las fuerzas políticas de la izquierda en Francia nos han demostrado con su lucha y perseverancia que es posible derrotar las políticas conservadoras, torcer las voluntades de gobiernos y patronales, que es posible, en suma, vencer la apatía de la resignación, del mal menor y del sálvese quien pueda. Este 1.º de mayo en León viene marcado por una situación laboral que ha ido empeorando a lo largo de los últimos años alcanzando altas tasas de temporalidad, precariedad y siniestralidad que siguen cebándose en aquellos colectivos más débiles, jóvenes, mujeres e inmigrantes. El acceso de estos colectivos a trabajos de mayor cualificación, en condiciones seguras, estables y con igualdad salarial es una necesidad y debe convertirse en una prioridad de lucha para los partidos de la izquierda y los sindicatos de clase. Tras dos años de gobierno del Partido Socialista hemos visto que, en materia económica y laboral, no ha llegado el tan esperado cambio de tendencia por el cual el reparto de la riqueza en nuestro país se realice de forma más justa, en beneficio de las rentas del trabajo. De nuevo, el PSOE con un anteproyecto de reforma fiscal en trámite nos anuncia una bajada de impuestos para las rentas más altas y una reducción general de ingresos para las arcas públicas que pone en peligro el mantenimiento y reforzamiento de políticas sociales actuales y futuras. En materia laboral, hemos asistido indignados a las propuestas de la CEOE y el Gobierno en el seno de la Mesa del Dialogo Social que, bajo el pretexto de reducir las altas tasas de temporalidad, pretenden abaratar el despido, rebajar cuotas empresariales y aumentar bonificaciones públicas a las empresas. Todo un despropósito si tenemos en cuenta que medidas parecidas ya se han puesto en práctica en anteriores reformas y no han servido más que para aumentar los escandalosos beneficios empresariales que en la actualidad arrojan las cuentas de resultados de las empresas. Consideramos que el diálogo social debe ir acompañado necesariamente de una gran información, debate y movilización de trabajadores y trabajadoras en defensa de sus intereses y como respuesta a las propuestas regresivas que plantea la CEOE. Hemos asistido a lo largo de estos meses de negociación, a una ausencia total de información y mucho menos de movilización de la clase obrera por parte de sus sindicatos, debilitando sus posiciones en el seno de la Mesa. No podemos compartir ningún recorte, por pequeño que sea, en los derechos de los trabajadores y las trabajadoras que llevan años retrocediendo en sus conquistas laborales. Es el momento de recuperar derechos perdidos y de ganar terreno a un empresariado ávido e insaciable en su afán por obtener beneficios. Para el Partido Comunista de España, el único acuerdo posible y admisible entre Patronal, Sindicatos y Gobierno debe basarse en una mayor protección frente al despido, un aumento de coberturas y prestaciones a los parados, regular y limitar la subcontratación, acabar con la siniestralidad y las ETT, reducir la precariedad, democratizar la vida en las empresas con una mayor participación de trabajadores y trabajadoras, avanzar en temas de igualdad de género y en la aplicación de la jornada de 35 horas sin reducción salarial. Por todo ello, en este 1º de mayo en León hacemos un llamamiento a los sindicatos de clase y al conjunto del movimiento obrero para reforzar la acción y la movilización en las empresas y en la calle creando alternativas reales y atendiendo, especialmente, a los trabajadores y trabajadoras de las pequeñas y medianas empresas. La historia del movimiento obrero nos enseña que las conquistas laborales han sido arrancadas tras largos años de organización y combate. Desde el Partido Comunista de España queremos, de nuevo, renovar nuestro compromiso de lucha, unir nuestro esfuerzo al de aquellos que, desde diferentes ámbitos, trabajan por conquistar un mundo mejor. No podemos dejar de solidarizarnos con los pueblos que luchan contra la ocupación: Irak, Afganistán, Palestina, Sáhara¿, así como los que luchan por mantener una revolución anticapitalista como Venezuela, Cuba, Bolivia¿ Seguimos comprometidos con la justicia y la solidaridad, con el optimismo de la lucha y la confianza en nuestra fuerza transformadora para ganar un futuro más justo. Por eso, el Partido Comunista de España ante la celebración del 1º de Mayo sitúa como una demanda central de su actividad política la reivindicación de un trabajo seguro, estable y con derechos.