CRÓNICAS BERCIANAS
Cuestión de puentes
PONFERRADA ha consagrado buena parte de su historia a convertirse en la metáfora física de un puente. El Sil ha obligado a sus gobernantes a tender viaductos de todas las fábricas posibles para vadear el río y fomentar el tránsito y la comunicación de sus vecinos y visitantes. Ahora mismo se han comenzado a colocar unas gigantescas vigas de acero que sostendrán el monumental paso que unirá la zona alta de la ciudad con el entorno de la vieja térmica de la MSP; y hace menos de 48 horas se han demolido las construcciones que históricamente han convertido el puente medieval sobre el Boeza en un gran tapón para la moderna comunicación con los cenobios del valle de Oza y sus bellos y silentes contornos. Sin embargo, la metáfora física del puente, por muchos que se sigan proyectando y construyendo, no acaba de cuajar en el terreno espiritual ni mucho menos en el político. La conexión entre el equipo de gobierno y la oposición a cuenta de la revisión del plan de urbanismo de la capital berciana está casi tan agujereada como el famoso puente de Mostar sobre el Neretva bajo el asedio de los proyectiles croatas. Y nada hace presagiar que el diálogo se pueda reconstruir como el mencionado símbolo arquitectónico de la multiculturalidad bosnia. Primero porque al PSOE no le interesa que el nuevo plan prospere en el apartado técnico y económico, y porque en lo político se prefiere una aprobación lo más cercana posible a las elecciones para armar el revuelo marbellí a toda costa. Y luego, porque al PP no le cuadra que la siempre tormentosa autorización del PGOU se aproxime a la campaña electoral, y además tiene muy claros los ejes de la revisión, que todo el mundo adivina que se moverán muy poquito para encajar el carro de alegaciones que se presentó a la aprobación inicial. Las ofertas y contraofertas de diálogo y consenso suenan huecas desde hace ya mucho tiempo. Aunque realmente a la gente de la calle, la que no sabe ni en la proporción de nueve a uno lo que es Salvemos Ponferrada aunque algunas pseudoencuestas digan todo lo contrario, ya les importa muy poco tanta impostura. Lo mismo que el navajeo socialista que existe -con ramificaciones en León- para ir definiendo los nombres de los diputados provinciales al calor de una más que probable conquista de la Diputación. Y por no hablar del prematuro galaneo del MAS escuredista sobre el cierre de listas con la UPL en la comarca, y mucho menos con una dirección política del PB que se resiste a viajar en el intestino delgado de unas candidaturas conjuntas que podrán restar votos capitales al PP, pero que no son garantes de porvenir político para sus suscriptores. A la gente le inquieta más, de momento, cuándo podrán concluirse los puentes en fase de ejecución, si habrá que tender algunos adicionales para que el tren de alta velocidad llegue puntual a la comarca o si alguien tendrá que secuestrar al alcalde para lograr una pasarela peatonal sobre el Sil entre La Estación y el Pajariel. Claro que algo de diálogo y buena voluntad, sólo pensando en el ciudadano, tampoco estaría de más.