Balance de dos largos años

Nuestro paisano José Luis Rodríguez Zapatero, en adelante ZP, ha sobrepasado el ecuador de la legislatura como presidente del Gobierno del Reino de España, incluso ha efectuado su primera crisis de Gobierno, es por lo tanto la hora de hacer balances, muchos ya los han hecho, el PSOE hace el suyo sin un ápice de autocrítica, todo lo que va bien es gracias a su Gobierno (dime de qué presumes...) y lo que va mal o no va también es culpa del PP, y yo, como tantos otros españoles, he realizado el mío propio. Sin entrar para nada en la más que discutida, polémica y peligrosa reforma territorial emprendida, ni en la resbaladiza y peligrosa gestión de la tregua con la ETA, ni por supuesto en la desastrosa política internacional, de vivienda, etc., para mí la gran laguna en estos dos primeros años de mandato es la ausencia de una política económica seria, sin olvidar que en lo que va de legislatura, se ha profundizado en la discordia entre españoles y en la degradación de la convivencia política. La mala evolución de la competitividad en nuestro país, es un síntoma inequívoco de que el modelo de crecimiento económico se está agotando y no se han tomado medidas, se ha vivido de las rentas y el riesgo de no hacer nada de forma adecuada y pronto, va a ser, vernos perjudicados por aquellos países que compiten con bajos costos salariales, produciendo bienes y servicios estandarizados. El problema no es solamente estructural, recuperar la competitividad de nuestra economía requiere reformas de un gran calado, que van desde la política presupuestaria hasta el mercado de trabajo pasando como es lógico por la innovación tecnológica, reformas que ni de lejos se han acometido en estos dos años de mandato de ZP. Así, en política tributaria, que es aquella que debe contribuir a cimentar un modelo de crecimiento económico, basado en el ahorro y la inversión productiva, la política del Gobierno de ZP, se ha limitado a una reforma fiscal del IRPF y del Impuesto de Sociedades que va a costar a las arcas públicas la friolera de 4.500 millones de euros y que además no va a solucionar los graves desequilibrios de la economía española; discrimina a las familias y a las rentas medias y no fomenta la competitividad ni el ahorro, por lo que ha sido tachada por los agentes sociales como «insuficiente». Yo no sé si los españoles se han dado cuenta, espero que sí, del deterioro salarial que en este bienio están sufriendo, al crecer los salarios el 3% y ser la inflación igual o superior al 4%, lo que supone que los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo, y lo van a seguir perdiendo a lo largo del segundo semestre de este año, ya que el deterioro en el salario real y en el poder adquisitivo de compra ha retrocedido ni más ni menos que a los niveles de 1997. Asimismo en este bienio, no se ha acometido la imprescindible «reforma laboral» o reforma del mercado de trabajo, reforma que pueda introducir nuevos elementos de flexibilidad que permitan a las empresas adaptarse, y organizarse de la forma más eficiente a los cambios económicos. Por otra parte y que yo sepa, este gobierno en estos dos años no ha puesto en práctica las necesarias políticas activas que puedan hacer a nuestras empresas líderes en innovación tecnológica. Por lo tanto dos años perdidos en el fomento de la competitividad, la creación de empleo y la contención de la inflación, que como vemos devora los salarios. En estos dos años, digan lo que digan y quieran vendernos la moto que no es, no se han mantenido ni de lejos, los altos ritmos de inversión en infraestructuras del transporte, alcanzados en la legislatura 2000/2004, acelerando la integración de España en la Red Transeuropea de Transportes, recuperando el concepto de red ferroviaria de alta velocidad para pasajeros, definiendo los puertos y aeropuertos como factores determinantes de la competitividad y desarrollando nuevos sistemas de gestión y de financiación privada y los proyectos de nuevas autovías y autopistas, así como los del AVE, perdón AV, están sufriendo notables retrasos en su ejecución y de ello podemos dar fe los leoneses. En esta efemérides, en el gobierno de ZP, presumen de impecables en política económica, pero han dado claras muestras de falta de respeto a las instituciones y a la seguridad jurídica, una de las claves de la economía, como ha quedado patente en el cambalache intervensionista de la Opa sobre Endesa, donde quieren aparecer como liberales, pero defendiendo el «patriotismo económico o en el apoyo explícito del Gobierno al intento de Sacyr por entrar en el BBVA y ya entre las empresas se tiene el convencimiento, cada vez más extendido de, que si la economía mejora, será a pesar de este gobierno que quiere vocear a los cuatro vientos, que «todo va mejor». ¿Se acuerdan ustedes que lo último de lo que presumieron fue de honradez y terminaron en la corrupción generalizada, con Rubalcaba por cierto de portavoz de aquel Gobierno socialista?