Gasolina sintética

CON LOS precios que está alcanzando el petróleo, no está fuera de lugar replantear la producción de gasolina sintética. Los expertos en ingeniería química y economía tienen la palabra. Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes produjeron 600.000 toneladas de gasolina sintética al año, hasta que los bombardeos destruyeron las fábricas. Entre los años 1960 y 1970, el embargo mundial contra el apartheid sudafricano se suplió con la generación de gasolinas sintéticas. Para su obtención se emplea un proceso catalítico de síntesis de hidrocarburos por reacción de hidrógeno y monóxido de carbono (proceso de Fischer-Tropsch). Primeramente se hace pasar vapor de agua por carbón (mineral o vegetal) incandescente y se obtiene una mezcla gaseosa (gas de agua), formada por hidrógeno y monóxido de carbono, que se puede usar como combustible directamente. Por acción de catalizadores, el gas de agua se convierte primero en metanol (en la actualidad el final del proceso) y, si continúa la reacción, se obtienen gasolinas (mezcla de hidrocarburos). La producción de gasolina sintética se abandonó porque, entre otros factores, era más barato obtener combustibles de automoción por destilación y refinado de petróleo. Solamente se fabricaban en economía de guerra. Tal y como están las cosas, precios desorbitados y guerras para conseguir el control del petróleo, creo que los gobiernos deberían primar y potenciar investigaciones que conduzcan a la obtención de gasolinas de síntesis competitivas.