Tino Gatagán
Desde hace tiempo los colectivos de educación de adultos están solicitando la dimisión del Director General de Formación Profesional e Innovación Educativa, sin que el señor consejero se dé por aludido, ni se atreva a tomar una decisión. Por diversos conductos se pide que el actual senador, don Adolfo Abejón Ortega, se haga cargo de todo lo relativo a la FP reglada, además de la Educación de Adultos en la Comunidad y de la formación del profesorado. En estos momentos se ha llegado a un límite insostenible y tanto la FP como la educación de adultos no pueden, ni deben, seguir abandonadas durante más tiempo.El consejero está despreocupado de los temas de educación. Se conforma con salir en la prensa e ir dejando que pasen los días. Si ese es su cometido hasta las próximas elecciones, pues bien... ¡con su pan se lo coma!; pero que no difumine los problemas de la Consejería con la subida de cuatro euros al profesorado que, por cierto, seguirá discriminado respecto a los de otras comunidades. Los políticos nos han olvidado. Las elecciones están cerca y habrá que pagar con semejante moneda. Incluso, desde hace años, se venía negando a la Asociación Familiar «Rondilla» la autorización para impartir el Nivel III de la Educación secundaria para adultos (ESPA). Gracias al Director General de Planificación y Ordenación Educativa, hace unos días se ha conseguido. La educación de adultos está profundamente agradecida a Javier Serna García. Sin embargo, queremos mostrar nuestra repulsa y nuestro rechazo hacia el Director General de Formación Profesional, despreocupado de la Educación de adultos, de la formación profesional y de la formación del profesorado y muy preocupado por conservar su sillón para la próxima legislatura. ¡Nuestra enhorabuena a toda la Educación de adultos! Hermelo Fernández Ricama (León). Cuando en las primeras horas del pasado jueves recibí la terrible noticia del fallecimiento de nuestro amigo Morollón, apenas podía creerlo. Me vino a la memoria inmediatamente, cuando terminó la Procesión de las Siete Palabras, en la que daba escolta a nuestro Cristo, tomábamos unas limonadas juntos y nos agradaba la tarde-noche con su buen humor. Como componente de la Guardia Civil, Hermana Mayor de la Cofradía, tenía a gala desfilar con nosotros, tanto es así que se ha ido a su última morada con nuestra medalla en la que figura el Santísimo Cristo de la Agonía, el Cristo de los Balderas al que siempre ha dado escolta y al que tanto quería y que sin duda le habrá abierto las puertas del Cielo. Sólo quiero que estas líneas sirvan como muestra de todo mi agradecimiento. Gracias, amigo, por todas las atenciones que tuviste con nosotros. Y a tu mujer y a tu hija, a las que no he tenido el gusto de conocer, les envío todo mi apoyo en estos momentos, sabiendo que contarán con tu ayuda desde el cielo, y que no te olvidarás de los amigos que dejaste aquí. Eduardo de Paz (León).