Socialista y obrero

TIENES que disculparme, Manolo, por no acudir a tu funeral, pero es que te hacía todavía en el mundo de los vivos. Me llamaron de Asturias la semana pasada para decirme que habías fallecido en Semana Santa y comprendieron que no me había enterado porque no había escrito nada. Y así fue. (No sé por qué no vi la esquela de Manuel Alonso en la madrugada del martes santo y por eso no acudí por la tarde al funeral). Hacía varios años que no te veía ni hablaba contigo por teléfono, después de tantos esfuerzos compartidos. El próximo sábado será el primer corro de la temporada de verano, en Quintana de Rueda, recuerdas, Manolo. Fue allí también donde debutamos nosotros, el día del Corpus del año 1980, como Comisión Gestora de la Federación Leonesa de Lucha, que tú presidías y yo era secretaria. Cuando vimos que desaparecían los aluches y que el comienzo de temporada era inminente acudimos a ti, como diputado de Deportes y nos diste todas las facilidades, hasta el punto de implicarte y no sólo de boquilla, sino que eras uno más acudiendo a los corros, realizando sorteos y ayudando en todo lo necesario. Porque tú, Manolo, eras socialista y obrero de verdad, de los que se implicaban y luchaban por defender sus ideas, igual que Fontano o Huertas, tus compañeros en aquel Ayuntamiento y que te han precedido por poco en el viaje al más allá, donde seguiréis luchando porque todo sea mejor. Tuviste la suerte de llegar a la política en la Transición cuando se podía ser rivales y amigos, no como ahora, que todos son enemigos, según me decía un alto cargo socialista de entonces. Descansa en paz.