Diario de León
Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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EL GOBIERNO sigue pensando que en el alto el fuego permanente de ETA hay bases sólidas y ni las recientes declaraciones de dos encapuchados al diario Gara ni la incredulidad del PP en las buenas intenciones etarras han modificado la línea de esperanza que sigue la hoja de ruta hacia la paz que ha bosquejado Rodríguez Zapatero. Pero al reconocer que aún no se ha llegado a la convicción de que ETA quiera poner fin a la violencia, el ministro de Interior suministraba ayer dudas a quienes se hubieran hecho ilusiones desmesuradas, o simplemente ilusiones, en que el terrorismo de ETA estaba en vías seguras de desaparición. Ayer comparecía Pérez Rubalcaba en la Comisión de Interior, y lo hacía por primera vez desde su reciente nombramiento. El día anterior apremiaba Rajoy al Gobierno para que actuase contra la banda con mayor dureza e insistía en la pretensión popular de que se convocase el Pacto Antiterrorista, añadiendo como evidencia que «ETA no tiene intención de desaparecer», lo que se deduciría de sus declaraciones a Gara . Y en esta situación, Rodríguez Zapatero debe tranquilizar a la gente porque «se ha generado inseguridad», precisó Rajoy. Con esa sangre fría que nadie sabe por qué no se congela en sus venas, Pérez Rubalcaba anunció que va a convocarse el Pacto Antiterrorista, que va a comparecer ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso para informar a todos los grupos de los pormenores de la verificación del alto el fuego, y que van a mantenerse reuniones bilaterales con todos los partidos representados en el Parlamento sobre el mismo asunto. No puede decirse que el Gobierno, tras un silencio que no ha sido corto, rehúse suministrar ahora explicaciones a todo el arco político. La reunión del Pacto Antiterrorista o, mejor dicho, de su comisión de seguimiento se celebrará antes de que Zapatero acuda al Congreso para el debate sobre si la actitud de ETA cumple las condiciones exigidas por la resolución aprobada por la cámara baja, a excepción del PP, para un inicio de diálogo con la banda. Una frase de Rubalcaba resumía el estado de la cuestión: «Pensamos que el proceso tiene bases sólidas, de la misma forma que afirmamos que será duro, largo y difícil, y que tiene un punto de partida al que todavía no hemos llegado: alcanzar la convicción de que ETA quiere poner fin a la violencia». A falta aún de certeza, dudas. Y es bueno que apunte alguna duda el Gobierno, dentro de su optimismo (antropológico en el presidente), porque sólo faltaba que ETA inspirase confianza a alguien que no perteneciera a su censo de devotos. Y tras el leve apunte de una duda, interpretada como una convicción aún no alcanzada, Rubalcaba dijo que el Gobierno piensa que se están cumpliendo (las condiciones de la resolución parlamentaria) y que la verificación terminará en poco tiempo.

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