La embajada

EL MINISTRO de Asuntos Exteriores, señor Moratinos, tiene a primera vista cara de buena persona, de ahí que en el extranjero nos tomen por tontos. Después de contribuir a la pacificación de Irak con la bandera blanca ondeando en salva sea la parte de nuestras tropas, a la de Palestina prometiendo el oro y el moro a los terroristas de Hamás, a la de Afganistán, atribuyendo la caída de los helicópteros al «efecto mariposa» de un aire que le dio a Bono en vez de a Bin Laden, etcétera, ahora se dispone a amainar lo del desembarco de los cayucos subsaharianos en las volcánicas playas de Canarias. Parece ser que a Moratinos, que las tiene como yo, se le han hinchado las narices y piensa enviar diez embajadores a los países del golfo de Guinea, como quien manda a cinco o seis parejas de la Guardia Civil, para frenar el desmadre de la inmigración ilegal. De modo que asunto resuelto: lo más probable es que, como Eto'o, acaben todos nacionalizándose del Barça. Una diplomacia sin precedentes. Se imagina uno, y se imagina lo peor, a la embajada moratiniana negociando con aquellos gobiernos en plan merienda de negros y por eso emigran los más pobres antes de que se los coma la corrupción canibal que reina allá, y da como risa amarga. Tiene que estar sonando ya en los tantanes por las parabólicas, que también allí las hay, un mensaje sin retorno del estilo de «pequeño/hombre/tener/cazuela». Churchill, que sólo se parecía a Moratinos en lo gordo que estaban él y su país, solía decir que Inglaterra no tenía amigos, sino intereses y lo mismo piensan cartesianamente los franceses de aquellas sus antiguas colonias africanas cuando se apresuran a blindar las fronteras contra la inmigración que, vía Canarias, no habla guanche, sino francés. La misión diplomática de Moratinos no es pan comido. Salvando pasadas costumbres de cocinar al misionero en la cazuela, se admiten apuestas a que lo de los cayucos no va a parar. Allí se pasa mucha hambre y es lo que dice Eto'o, el más rápido: «o corres destrás del balón o delante de los leones». La barriga de Moratinos es también redonda.