EL RINCÓN
Que identifiquen a X
LLEVAMOS décadas a la caza de señores X. Porque desde que en aquellos años, cuando cada mañana nos duchábamos con un escándalo, el juez Garzón ocupó con una equis el espacio dedicado al responsable máximo de los GAL, han sido muchas las equis que hemos ido colocando en cada una de las incógnitas que nos surgieron con el rosario de escándalos ocurridos en este país. Por eso lo fundamental cuando se plantea una de estas situaciones es identificar al señor X, al promotor del negocio. Así todos nos quedamos más ilustrados, mucho más tranquilos y sabemos quién es el inventor del embrollo. Porque con aquello de los GAL dijimos pero no afirmamos, intuimos pero no dijimos y creímos pero tampoco supimos, que el señor X era quien creíamos que era. El máximo responsable de todo aquel tinglado. Por acción o por omisión. Pero cuyo nombre nunca llegó a sustituir la equis colocada por Garzón. La intervención judicial en una empresa de consultoría de obras y en la propia Diputación de Lugo puede quedar sólo en una cacharrería si la investigación no llega hasta el final y no se identifica a los auténticos responsables. Por acción u omisión, que lo mismo nos da. Pero responsables al fin, de la prevaricación y fraude que se cometió en la adjudicación de obras, si es que se cometió. De momento, la actuación judicial y policial confirma las teorías de quienes llevamos toda la vida cuestionando el papel de las diputaciones. De los que venimos diciendo que esta sociedad no las necesita. Confirmado esto, lo que sí necesitamos ahora es que nos identifiquen al señor X. Que nos digan quién promovió, organizó y manejó los hilos de toda esta trama. No vaya a ser que nos quieran hacer creer que fue el que va a por las coca-colas.