EN POCAS PALABRAS
Rocío
LA GRAN tonadillera Rocío Jurado, no pudo vencer el cáncer de páncreas con el que luchó varios años y ayer expiró, en medio de un fastuoso despliegue mediático preparado desde semanas atrás. Nada hay que objetar a esa liturgia calurosa ni al homenaje de sus muchos admiradores a la artista, que -gracias al sistema mediático- fue también paradigma y modelo de conducta para ciertas capas sociales. Sin embargo, bajo el relumbre del mérito y de la fama, bajo la pátina de la popularidad y del respeto, ha habido en este asunto un sustrato detestable de voyeurismo, de infame cotilleo, de papanatismo exhibicionista y de mercadeo de baja estofa. Y lo que causa más desazón es constatar la dificultad de erradicar determinadas conductas. Rocío merece todo el respeto. Descanse en paz.