Demagogia y anteproyecto de Ley de Montes

El PASADO DÍA 31 de Mayo, en el Pleno de la Diputación Provincial de León, se debatió una moción presentada por el Grupo Socialista de retirada del Anteproyecto de Ley de Montes de Castilla y León. Personalmente me hubiera gustado más que la citada moción fuera de propuestas constructivas al Anteproyecto de Ley de Montes ,pero desgraciadamente no fue así. El anteproyecto, o borrador de proyecto, surge como una necesidad de adaptarnos al nuevo marco generado por la Ley 43/2003 de Montes, que tiene carácter básico y es de aplicación en toda España. Una de las modificaciones más importantes que ha introducido esta ley es considerar a los montes catalogados de utilidad pública como bienes de dominio público. Es decir, los montes catalogados son de su dueño para siempre, no se pueden vender, ni expropiar ni ceder; esto sólo puede cambiar mediante un procedimiento denominado «desafectación» que es excepcional.. ¿Y por qué el miércoles acudieron 120 personas al Pleno? Sencillamente porque alguien, de forma interesada y con mala fe, ha manifestado que este anteproyecto quitará a las juntas vecinales sus bienes. ¿Alguien con sentido común puede pensar que esta Diputación Provincial no va a defender los intereses de las 1.288 entidades locales existentes en León? Esta Diputación Provincial va a seguir apoyando y ayudando a nuestras juntas vecinales con el mismo cariño como lo hemos venido haciendo hasta la fecha. Una de las preocupaciones y alarmas que se han transmitido a los pueblos es que se les puede privar de uno de sus principales recursos. Está totalmente injustificada. Hay cosas que no se entienden si no se ha estudiado con cierta profundidad la Ley 43/2003 de Montes, así como el Reglamento de Montes de 1962 todavía vigente. No se puede criticar sin fundamento y muchas de las objeciones vienen recogidas en la Ley estatal. La situación actual es que existe un vacío legal sobre muchas cuestiones que urge llenar para evitar problemas en el futuro, sobre todo a los propietarios de montes. Recuerdo que este anteproyecto de ley, borrador o instrumento de trabajo, se ha estado redactando y debatiendo durante más de seis años con decenas de reuniones y borradores. Curiosamente, durante el periodo de alegaciones el anteproyecto pasó desapercibido, pero un tiempo después alguien con maldad política lanzó el dardo de que la Junta de Castilla y León pretendía expoliar y robar los montes a las juntas vecinales de León. Después se desmintieron esas afirmaciones, pero la inquietud ya estaba sembrada con la ayuda de los propagadores. Alguien tendrá que responder porqué se ha engañado a los pueblos de León sembrando miedos en lo que más aprecian: su patrimonio. Me pregunto en este Tribuna: ¿Algo tendrá de bueno este anteproyecto para poderle aprovechar y mejorar en trámite parlamentario en las Cortes de Fuensaldaña? Entre todas las formaciones políticas y sociales todavía estamos a tiempo para mejorarle y esa es nuestra responsabilidad ante los ciudadanos. El modelo de gestión no cambia; es el mismo que lleva funcionando más de cien años, incrementándose el papel de las juntas vecinales. No se aumenta el intervencionismo administrativo. La gestión técnico-facultativa la realiza la Consejería de Medio Ambiente y la económica el propietario, igual que hasta ahora. Este modelo de gestión es el que mayoritariamente existe en el resto de las comunidades autónomas, y en todas las de nuestro entorno (Galicia, Asturias, Cantabria, etcétera), sorprendentemente el PSOE gobierna en estas comunidades apoya y fomenta este sistema de gestión que aquí tanto critica. Sin el apoyo técnico de la Junta de Castilla y León los montes de utilidad pública, propiedad de las juntas vecinales, terminarían en su totalidad siendo gestionadas por los ayuntamientos, al carecer éstas de cualquier medio técnico, prueba de ello, es que el PSOE está promoviendo en los ayuntamientos la presentación de mociones que implican la toma de decisiones, que corresponderían única y exclusivamente a las juntas jecinales. Lo que dice el Partido Socialista no va a favor del desarrollo rural, en vez de sumar resta. En vez de dar apoyo a las juntas vecinales, se lo quita. Hasta ahora lo que dice es que la Junta es «intervencionista» y debe retirarse de ejercer la gestión técnica de los montes dejando solos a los propietarios. Los políticos tenemos la obligación y el deber de ser serios, no podemos ni debemos crear alarmas donde no las hay, ni producir desasosiego entre nuestros vecinos con frases como «no se defienden los intereses de León sino de Valladolid», «nos van a quitar lo que nuestros antepasados nos entregaron con tanto esfuerzo», «intención de mangonear y teledirigir los bienes de 1.400 instituciones que son las pedanías de León», «ruptura del tejido social y económico de la provincia», «visión intolerable e intervencionista que lamina el protagonista de los montes de León», etcétera. Todo eso es poco serio y demagógico del que lo dice. Alguien con los montes de León quiere hacer política, y me duele que se intente engañar y dirigir a nuestros cargos electos, gente que está haciendo una labor fantástica día a día en sus municipios y juntas vecinales. El PSOE, con cierto afán demagógico y verano-electoral, ahora quiere hacer política con las juntas vecinales. ¿Dónde estaban los políticos socialistas leoneses tan defensores de las entidades locales menores en el mes de diciembre y Enero que no propusieron alegaciones, sugerencias, observaciones y comentarios a la filosofía del anteproyecto de Ley de Montes para su enriquecimiento? o ¿Cuál es el anteproyecto de la Ley de Montes de los socialistas? Desde esta tribuna me gustaría enviar un mensaje a todos los presidentes de juntas vecinales, si queremos una Ley de Montes adecuada y consensuada hagamos llegar a nuestros Procuradores, sean del partido político que sean , para que en el trámite parlamentario de la Ley sean recogidas nuestras sugerencias consiguiendo así una ley adecuada al momento en el que vivimos. Si no seguiré pensando que desgraciadamente algunos con los montes quieren hacer política.