Días radiantes

EL DOMINGO fue un día de cristal, incrustado en esta primavera de bondades que nos acompaña. Huracán Z, equipo de fútbol del municipio de San Andrés del Rabanedo, estaba en trance: disputaba el acenso a la 2ª B. Ahí es nada: poder medirse la próxima temporada al club representativo de la provincia, la Cultural. Tuvo el aliento de los leoneses. Pero no fue suficiente. Perdió (0-1) el primer envite. La resolución definitiva será el domingo próximo en la capitalidad del Principado. Otro equipo leonés, la Ponferradina, por segundo año consecutivo, busca su gran salto a la división de plata. Los blanquiazules lograron la victoria, sí, pero no es tranquilizante. No es seguro que en esta temporada se cumpla la profecía de Laudino García, corregidor de Igueña: la Ponferradina ascenderá antes que la Cultural. A los que sigo a ciegas es a nuestros representantes en el Campeonato del Mundo de Motociclismo. Los bañezanos no podemos evitar el perfume del queroseno. El toledano Bautista sigue líder en 125 cc, Jorge Lorenzo ganó en la cuna de los tifosi, Mugello, y Dani Pedrosa fue cuarto en la línea de meta, la misma posición que ocupa en el la clasificación general del Campeonato. El domingo fue un regalo de sol y clima. Radiante. Se repitió ayer en París. Rafa Nadal se impuso en Roland Garros al australiano Hewitt, ex-número 1 del mundo, en cuatro sets. El manacorí con pinta de indio navajo, poderoso física y mentalmente, no defraudó. Logró una nueva victoria. Y van 57 consecutivas sobre tierra batida. Una plusmarca que mis ojos, con certeza, no verán superada. Todo lo anterior es como un ramillete de ilusión. Muy bien. Pero hay que visionar desde este balcón otras estampas. Ahí está la Hernmandad de Donantes de Sangre de León. Una institución prestigiosa y eficaz. Una institución que prueba el vigor de la sociedad civil leonesa. Está muy por encima de la media de sus representantes políticos. La Hermandad ha venido desarrollando una labor encomiable y eficaz, gestionando las donaciones de sangre. Y lo ha hecho con aparataje mínimo, coste bajísimo y garantizando que en los hospitales leoneses siempre hubiera sangre disponible para las necesidades quirúrgicas. Ha funcionado tan bien la HDS de León que hasta su presidente, Martín Manceñido, hijo de los maizales de Valdefuentes del Páramo, ha sido elegido y es máximo dirigente nacional y creo que también internacional. Todo iba modélicamente bien hasta que la Junta, como ya denuncié, con el afán intervencionista y centralista que le caracteriza, decidió poner en Valladolid el banco de sangre. Se sustituyó en parte la gestión altruista de los donantes por la de burócratas y comisarios políticos de la consejería de Sanidad. El resultado a la vista está: ha descendido notablmente el número de donaciones. La sangre va y viene de León a Valladolid, o viceversa, dos veces. Es un verdadero ejemplo de mala gestión y de cómo no deben hacerse las cosas. Sobre todo es un ejmplo del hipercentralismo y la macrocefalia de la Junta, en contra de los intrereses de los ciudadanos. Por fortuna, la arbitrariedad e irracionalidad políticas no van a afectar al espiritu de los donantes de sangre leoneses, cuya labor altruista está por encima de los politiqueos y de la incompetencia.