Comuneros

Vivimos un mundo de ruidos. El ruido es una de las agresiones medioambientales más insidiosas de la sociedad actual. En el medio urbano coexisten multitud de fuentes de ruido, que al combinarse de forma anárquica contribuyen a la degradación acústica del medio. El tráfico rodado es la principal fuente de ruido. Otras fuentes importantes son las obras públicas y la edificación, así como mercados, bares, recogida de basuras, espectáculos al aire libre, etc. La contaminación acústica no sólo es un problema de las grandes ciudades, sino también de los núcleos rurales. Tres de cada cuatro españoles que viven en una ciudad están expuestos a una nivel de ruido que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera insano. Según un informe de la Ocde, España es uno de los países con mayor porcentaje de población expuesta a elevados niveles de ruido ambiental Uno de cada cuatro españoles soporta niveles superiores a los 65 decibelios (A), considerado como límite de tolerancia o aceptabilidad. Además del efecto sobre la audición, la exposición continuada a elevados niveles de ruido puede provocar otros muchos efectos fisiológicos que afectan en particular al sistema cardiovascular, respiratorio y digestivo. La exposición de las trabajadoras embarazadas a elevados niveles de ruido en el trabajo pueden afectar al feto. Respecto a los efectos psicológicos derivados de la exposición al ruido, el más común es el de molestia. Esta reacción psicológica tiene su origen entre otras causas, en las múltiples interferencias que provoca el ruido en las diversas actividades del hombre, como la comunicación y el sueño. Además de impedir el disfrute del descanso adecuado, el ruido puede afectar negativamente a la capacidad de atención y concentración, dificultando el aprendizaje y disminuyendo el rendimiento. Asimismo, puede producir alteraciones en la conducta que, momentáneamente, puede hacerse más irritable e incluso agresivo. El ruido ocasiona enormes gastos sanitarios, sociales e industriales, y es el responsable directo de miles de accidentes, del 1,5% de la perdida de jornadas de trabajo y de hasta el 20% de las consultas psiquiátricas. Como conclusión conviene subrayar la importancia que reviste hoy día la lucha contra la contaminación acústica, a fin de conseguir un medio ambiente menos agresivo que el actual. Francisco Arias Solís. 1397124194 Sobre el futuro de León Estamos en ti empos de Estatutos, incluido el de «Castilla ¿y León?», y en base a la experiencia habida hemos de tener claro que el futuro de León debe de estar, única y exclusivamente, en manos de las gentes de León, y nadie más. Y ello no de manera excluyente, esto es, no sólo en manos de los moradores de esta tierra al margen de su procedencia -pues esta es tierra hospitalaria, no en vano dispone del mayor tramo del Camino de Santiago- sino también de aquellos que por diversas causas -normal y mayoritariamente laborales- han tenido que emigrar por carencia de estructuras que no ha habido voluntad de implantar y desarrollar (y digo de estructuras, no de infraestructuras pues a nivel provincial, en ese aspecto, no tenemos nada que envidiar). Son precisa y curiosamente quienes nos piden su voto lo que en estos 25 últimos años nos han llevado desde la zona media del cómputo nacional, incluso media alta en algunos casos, a ocupar los últimos lugares. Expolios enmascarados de reconversiones (minería, agrícola, ganadera... y más, y más); riqueza obligadamente regalada, por no decir robada a golpe de legislación (agua que enriquece a colindantes -ya sabemos a quien...- mientras no llega a nuestras tierras a pesar de los valles hipotecados indefinidamente...), desaprovechamientos forestales, y más, y más; un largo etc. que convertiría en extenso libro lo que pretendía ser reseña. Ya hubiera querido para nosotros, a pesar de lo que les critiquemos, unos políticos como, por ejemplo, los catalanes... Así pues, apoyemos a aquellos movimientos (sociales, políticos, culturales, etcétera) que, con claridad y honradez, luchen por esta nuestra tierra respetando -y potenciando- nuestras costumbres y nuestra historia. Reitero el comienzo respecto a que el futuro de León deben decidirlo las gentes de León, única y exclusivamente, y nadie más; la responsabilidad del futuro de nuestros hijos está en nuestras manos. Manuel Polo Sanz (León). Ana (León).