TRIBUNA
León: orgullosos de 2.000 años de historia
CONMEMORAMOS hoy, 10 de junio, los leoneses y leonesas el Natalicio de la Legio VII Gemina Pia Felix, cuerpo militar romano que dio origen al campamento legionario y a la ciudad en la que vivimos. Para el pueblo de León, esta fecha debiera estar siempre muy marcada en el calendario pues no en vano estamos rememorando nuestras raíces, el pasado del León legionario, una historia de casi ya 2.000 años, que para sí quisieran otras ciudades. El IIII Idus Iunius, fecha que corresponde en nuestro calendario al 10 de junio del año 68 de nuestra Era, según los epígrafes lapidarios hallados en el pueblo de Villalís, cerca de La Bañeza, se produjo el natalicio de la legión, o lo que es lo mismo, la partida de nacimiento de la ciudad, con el día y mes en que ésta recibió sus águilas e insignias de Roma. Pocas urbes antiguas como la Legionense pueden presumir de su apertura a la Historia con el día, mes y año grabados en piedras milenarias y además llevar a gala el nombre de la legión fundadora. Hoy es, pues, una fecha propicia para que recordemos y reivindiquemos con orgullo nuestra historia, la historia de una ciudad que durante siglos fue referente en la Hispania romana ya que aquí estuvo la única legión con asiento en España, aunque sus diferentes unidades recorrieron y combatieron en muchos puntos del Imperio. La efemérides, aparte de los actos de recreación histórica organizados al efecto, también nos debe hacer reflexionar a las instituciones y ciudadanos sobre el estado actual del patrimonio y la necesaria puesta en valor del legado militar romano, una tarea en la que está profundamente comprometido el Ayuntamiento que me honro en presidir. Tenemos la fortuna de contar con muchos recuerdos del León legionario y no sólo de la Legio VII Gemina, sino de otra anterior, la Legio VI Victrix, de la que ya dio fe Antonio García y Bellido hace casi 40 años: una de las murallas mejor conservadas de Europa, las termas, las criptas, las puertas, las canalizaciones de agua, restos de los contubernia, monedas, cerámica, restos de corazas... un gran y variado muestrario del asentamiento de aquellos soldados durante tres largos siglos. Imaginar que la Calle Ancha que hoy conocemos era una de las vías principales del recinto campamental, con el trasiego diario de tribunos, cohortes y centurias no deja de causar asombro dos mil años después. Por todo ello, con la colaboración de las otras administraciones, debemos de seguir explotando las grandes posibilidades de León como destino turístico gracias a su legado militar romano. Quiero, en este sentido, destacar el aliento y colaboración de la Asociación Pro Monumenta y en especial de su presidente Agustín Suárez, por su compromiso y sensibilidad hacia la conservación del patrimonio que ha llegado hasta nosotros. El éxito de público en la apertura de la cripta de Puerta Obispo -unas 20.000 personas en apenas 15 días- marcan el camino que debemos seguir en materia cultural y turística. León también está hoy de enhorabuena porque la firma -esta misma mañana- de un convenio entre el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León -qué mejor fecha que la de hoy- va a garantizar la ejecución del proyecto 'Contubernia' en la Casona de Puerta Castillo y la puesta en marcha de la Ruta Romana, trabajo realizado por los técnicos municipales. También está en marcha en colaboración con el Gobierno autonómico la redacción del Plan Director para la preservación de los restos arqueológicos, un documento que garantizará tanto la conservación como su puesta en valor. Tenemos numerosos ejemplos para hacer de la huella militar de Roma un producto turístico de calidad. Con la firma de este convenio, por el que el Ayuntamiento de León recibe una subvención directa de 2,5 millones de euros para un proyecto de 3,6, se señalizarán los restos, se crearán itinerarios arqueológicos y se hará de la Casona de Víctor de los Ríos el gran Centro de Interpretación para comprender quiénes, por qué, cómo y para qué pusieron sus ojos y levantaron un campamento que acabaría siendo estable en el interfluvio de los ríos Bernesga y Torío. Allí, en el patio trasero de la mencionada casona, se encuentra además de los restos de los barracones de los legionarios un magnífico y quizás único ejemplo de las diferentes fases de la muralla que levantaron los soldados. El subsuelo del León antiguo seguirá sacando a la luz nuevos hallazgos de aquel pasado tan intenso, restos que deberán ir completando y enriqueciendo la Ruta Romana que vamos a poner en valor. La ciudad de León conmemoró con dignidad y esplendor en junio de 1968 el XIX centenario de sus orígenes. Siendo alcalde Manuel Arroyo Quiñones se inauguró el monumento a la Legión VII Gemina junto a la Colegiata de San Isidoro y se depositó laurel simbólico trasladado desde los jardines del Capitolio romano, obsequio de la urbe. Hoy, un 10 de junio más, el pueblo de León volverá a recordar que hace dos mil años su alumbramiento se debió a una legión romana conformada por no menos de 6.000 hombres y que tuvo entre sus legados ilustres al emperador Trajano. La evolución de la ciudad y de la Legio VII Gemina Pia Felix fue indisociable durante siglos, hasta que el recinto campamental fue habitado por quienes hasta entonces habían hecho su vida extramuros. Las marcadas huellas de aquel glorioso destacamento militar hacen que, 2.000 años después, el devenir de los leoneses siga profundamente vinculado al mismo, algo que nos tiene que llenar de legítimo orgullo. Como escribió mi querido y admirado Don Antonio Viñayo en 1968, con ocasión de la conmemoración del XIX Centenario de la Legio VII Gemina, «bien hace la ciudad en recordar su historia, porque un pueblo que olvida su pasado es como el pobre amnésico, civilmente muerto e incapacitado para toda vida social».