EL BALCÓN DEL PUEBLO
Alonso y Nadal
O NADAL y Alonso, que tanto monta. Dos españoles que elevaron a la condición de fiesta nacional al deporte el pasado domingo. en Silverstone, a la vera de Londres, sonó el himno nacional espapñol a priomeras horas de la tarde. El piloto asturiano ganó todo con autoridad; el primer puesto de salida, la vuelta rápida y el Gran Premio de Gran Bretaña, Hizo el «hat trick» sólo reservado a los grandes campeones. Una victoria que obligó a odos los telediarios a abrir con la noticia. Silverstone está considerado como la cuna de als carreras. Fue aeródromo militar durane la II Guerra Mnudial y ahora «vuelan» por sus pistas los vehículos más rápidos sin despegar. Fernando Alonso conoce el circuito al dedillo. Sabe hasta por dónde puede cruzarlo una lagartija. Igual que la pista de karts asturiana donde comenzó a oler el perfume de los octanajes y sentir los primeros vértigos. Hace un año que no se baja del cajón. Ésta ha sido su tercera victoria consecutiva de la temporada: Barcelona, Montecarlo y Silverstone. Este muchacho, Premio Príncipe de Asturias del Deporte, con tan sólo 24 años, ya está entre los tocados por los dioses. Ha entrado en el selecto club de los más grandes. Y, ojo, en un deporte que carecía de mitos en nuestro país. Él será el primer que influya en la perpetuación de la saga. Y de Silverstone, a la vera de Londres, a Roland garros, casi a la sombra de la Torre Eiffel. Se disputaba la final soñada: Roger Federer, número uno del mundo, frente a Rafa Nadal, número dos. De un bólido a más de 300 kilómetros por hora a una pelota de tenis a 200 sobre tierra batida. Si Fernando llevaba a cuestas los trofeos conseguidos en sus tres últimas carreras, Rafa Nadal se presentó en la pista central de Roland Garros con esta tarjeta de visita: Dubai, Montecarlo, Barcelona y Roma. Y también escribió su nombre en París. Durante el torneo, cumpló veinte años, hizo añicos el récord de victorias sobre tierra bat ida y elevó el listón hasta las 60. Quizá pase un siglo sin que nadie mejore esa marca. Mis ojos no lo verán, seguro. La expectación fue total. Es increíble que la Primera de TVE, en su minuto de oro, registrada once millones de espectadores. Nadal lo tenía difícil para revalidar el título: al otro lado de la red estaba el número uno del mundo -el público francés mostró su preferencia por el suizo- y, sobre todo, la ansiedad de Federer: «Estoy ante el partido más importante de mi carrera», reconocía. Es el único título que le falta. Rafa Nadal impidió la glorificación del considerado por los entendidos como el mejor tenista de todos los tiempos. El comienzo fue abrasador para Nadal. Pero el chaval de Manacor transmite fuerza, corazón, espíritu ganador. Es como un indio navajo acortando las praderas. En los tres sets siguientes arrolló al suizo. Quiero destacar la fuerza mental de nuestros dos genios deportivos. Fernando Alonso declaró: «Aunque gano, no me relajo». Y Nadal, tras levantar la copa de campeón: «Con la mente y el corazón se ganan tantos puntos como con la raqueta». No he conocido a ningún gran campeón sin tener bien amueblada la cabeza. Mucho más que con los griteríos de la tercera manifestación de la AVT impulsada por el PP contra el Gobierno.