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Publicado por
Iván Alonso Rodríguez
León

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DEBO contestar por alusiones a un artículo publicado el pasado 3 de Junio de 2006. Seré breve. La historia la escriben los vencedores, por ello caben muchas interpretaciones. La veracidad de los datos publicados en mi anterior artículo de opinión son indiscutibles, como lo es la reafirmación territorial berciana a lo largo de la historia, incluso antes de la existencia del Reino de León que, dicho sea de paso, abarco también Galicia, otras autonomías y parte de algún país vecino. Por reivindicar no se queden cortos. Propondré un «absurdo» de lo que es la historia comprándola con el actual marco democrático, como ustedes practican, pero de manera inversa. Citaré un ejemplo que esta de moda. Si ustedes especulan con reinos y derechos podría decirles que el pueblo catalán, erigido en su día como un condado de la Corona Aragonesa hoy, es una comunidad autónoma que debería llevar la capital y sus instituciones para su antiguo reino y unirse con los aragoneses. Yo no caeré en esos dislates comparativos, sólo hablo del sentimiento histórico de los bercianos, bergidensis o habitantes de la región del Sil, elijan ustedes. Me he animado a contestarles por su evidente ceguera ante el hecho berciano y el «odio a lo leonés» del que me tachan. Han cambiado muchas cosas en el bercianismo actual, al que denominamos «Nuevo Bercianismo Democrático». No solucionamos nada fomentando «odio», fácil excusa cuando no se tienen argumentos de peso para atacarnos, es más, les reto a que demuestren tal conducta en mi anterior artículo. No es odiar decir la verdad y denunciar un comportamiento político que nos abocara a lo que el centralismo leones decida. Ustedes niegan veladamente la existencia de lo berciano fomentando la idea de un Bierzo diluido, cuando la mayoría seguimos pensando que El Bierzo, o si lo prefieren la «región del Sil», existe. Los bercianos tenemos nuestra área de influencia, e incluso incomodando a muchos, un ente administrativo a desarrollar. Estar presos de esta provincia tiene estas cosas, y no es odio a León, son hechos: ¿Quién es León y su centralismo para decidir si El Bierzo quiere una escisión de Castilla y León, o prefiere León, Zamora y Salamanca, o León y Castilla? ¿Qué implicación esperan de los bercianos para un proyecto del que somos meros espectadores? Jamás se ha preguntado a los bercianos que quieren, gestándose nuestro futuro al capricho de las decisiones allende del puerto. De ahí mi enfado, que no odio, y mi reproche al centralismo leonés por amparar y cultivar la minoría de edad para mi tierra. Sus contradicciones son evidentes. Minimizan toda administración berciana presentando los hechos como meras anécdotas y por otro lado, se esfuerzan en defender la ligazón Bierzo-León, cuando el Bierzo jamás ha tenido la oportunidad histórica de hablar, de expresarse. Rematan la faena reconociendo la posibilidad de la provincia berciana en pleno año preelectoral, sin conocer la realidad del leonesismo más recalcitrante que nos exige ser buenos chicos y estar callados. Si no les he entendido mal, la nueva reorganización que ustedes defienden, incluye un «Bierzo Provincia». Bienvenidos al Nuevo Bercianismo democrático, serio y sin odios que defiende el PB. El problema es que desde la posición leonesista jamás se aplaudirá tal reconocimiento. Para ellos, al Bierzo le corresponde ser una comarca más dentro de su espectro de León, Zamora y Salamanca. Somos política, territorial e ideológicamente tierra conquistada, aunque aquí no calen las tesis leonesistas, cuando este movimiento ha vivido su década dorada y ahora comienza su declive. Son ciclos políticos, no pretendo ser pájaro de mal agüero, pero han perdido su oportunidad. Negar la realidad berciana, intentar reescribir su historia y menospreciar esta tierra comparándola con otras zonas cercanas, dicho sea de paso y con el máximo respeto a otras realidades, es hacer un flaco favor a la verdad. El Bierzo es una región perjudicada por definiciones comarcanas y subcomarcanas inventadas por los partidos de ámbito estatal. La denominación «comarca» para nuestra tierra obedece, desde mi humilde opinión, al hecho regional de esta autonomía, que chocaría con la investidura político-administrativa de un ente que no se puede denominar regional, pero sí comarcal. Haré una aseveración más. Si el marco actual cambiara, hubiera respeto a los bercianos, se les consultara, se tuvieran en cuenta sus decisiones y se comenzara a tratar a nuestra tierra como lo que somos, seríamos los primeros en sentarnos a dialogar y poner los acentos oportunos. Lo que ocurre es que este extremo es imposible y políticamente incorrecto. La comodidad de no hacer nada, de negar, menospreciar, minimizar y no reconocer, es impagable. Es entonces cuando tenemos que explorar otras alternativas. Debemos estudiar el marco político actual y una figura clave en la administración histórica berciana, el Consejo Comarcal del Bierzo. Estamos ante un momento de reformas, concesiones, modernización y apertura de esta institución. Nosotros, al hilo de la expectativa creada con la reforma de la ley del 91, proponemos un Consejo General del Bierzo en la actual autonomía. Pedimos financiación y competencias, una elección directa que interrogue a los bercianos cada cuatro años y cerrar la herida territorial. Lucharemos por la modernización y viabilidad de este ente. Resumiendo, ustedes sigan negando lo evidente, nosotros, El Nuevo Bercianismo, buscaremos soluciones y alternativas. Deben darse cuenta del escaso sentimiento leonesista en El Bierzo, y la puerta abierta desde el centralismo vallisoletano para conseguir una reforma de ley que nos administre mejor. Puede que por una vez, tengamos algo que decir y la oportunidad nos la podrá dar el centralismo que rivaliza con el leonés. Por una vez, los bercianos, ante la negación leonesista, amén de odiosas comparaciones, tenemos y de rebote, la posibilidad de crecer política y administrativamente. Nuestra situación territorial, geográfica, política, económica y cultural actual, necesita de una administración cercana y propia. No será mi problema si a nuestras tesis les quieren añadir tópicos, pero se hace indispensable que El Bierzo respire por sí mismo y adquiera poder político. Me reitero: el Bierzo será única y exclusivamente lo que decidan los bercianos.