LA VELETA
Carta a Francia
NO PODÍA haber elegido ETA un día más inoportuno para que su nuevo comunicado, dirigido al Gobierno de Francia, alcanzase resonancia mediática. Si exceptuamos a los políticos en vigilia permanente, aunque a la espera de que a las tres en punto de la tarde empezase la nueva aventura internacional de la selección española de fútbol, muy pocos ciudadanos prestaron ayer una atención especial al mensaje de la banda. En su nuevo comunicado, ETA reafirma su voluntad de llevar hasta el punto final el proceso iniciado con su alto el fuego permanente y, como si estuviera jugando una partida entre caballeros, espera que la respuesta del gobierno francés sea acorde con el paso dado o iniciativa de no matar, en expectativa de acontecimientos. Esperan los actuales dirigentes etarras que el Gobierno francés demuestre algo que probablemente no exista, es decir, su voluntad de diálogo y negociación para solucionar el llamado conflicto de Euskalherria. Los medios de comunicación estaban obligados a preguntar a los políticos por el comunicado de ETA, pero desde la vicepresidenta primera del Gobierno al portavoz de los socialistas vascos, Roberto Ares, pasando por el ejecutivo de Vitoria, todas las respuestas coincidencia, con diferentes palabras, en la tesis del Gobierno, enunciada por María Teresa Fernández de la Vega: «llegar hasta el fin sólo tiene un significado: acabar definitivamente con la violencia, renunciar de forma definitiva e irreversible a cualquier tipo de violencia». Y el secretario general del PP en Euskadi, Carmelo Barrio, reiteró lo que su partido lleva meses diciendo: que el único comunicado que la sociedad espera de la banda es el de su disolución. Pero lo que de este mensaje etarra al gobierno francés podría deducirse, en la misma línea que Duran Lleida, es que ETA pretendería reafirmar su voluntad de poner fin al terrorismo que lleva cuarenta años practicando, lo cual despeja, aunque sin generar gran certidumbre, la incógnita sobre la sinceridad o consistencia de la tregua decretada va para tres meses. Pero no anima mucho las expectativas de futuro que ETA pretenda negociar con el gobierno francés sobre Euskalherria, un territorio que se estaría viendo sometido desde los tiempos de Sabino Arana a un proceso de colonización, según los nacionalistas vascos más radicales, pacíficos o violentos. El comunicado etarra a París salió de Bayona, y no de territorio vasco, lo cual indicaría que ETA quería manifestarse al gobierno francés desde suelo francés, como si más al Norte del Bidasoa existiera un problema que Francia debería resolver con negociadores etarras. Claro desajuste entre la realidad y los delirios sabinianos.