Declive en León

HOY SE CELEBRA en Cataluña el referéndum sobre el Estatut de autonomía. He hablado con muchos amigos catalanes. Quizá ninguno sea de Esquerra Republicana ni del Partido Popular. Todos me han asegurado que existe plena confianza en el triunfo del sí. Lo que no se han atrevido a pronosticar es el porcentaje de participación. Se curaron en salud como los médicos. Que depende de la climat olo gía, de esto y de lo otro. Ya digo: igual que los médicos. Si tienes un siimple rasguño su diagnóstico es siempre el mismo: leve, salvo complicaciones. Una baja participación conllevaría una fácil descalificación de todo el proceso estatutario. Lo que sea sonará hoy. Yo, por si acaso, aproveché la jornada de reflexión para almorzar con cava. Fue una cortesía de la casa. No atravieso buenos momentos para regar con «brut nature» unos espárragos o un pescado a la espalda. Y mucho menos, con el que suele obsequiarme Jaume Gil Aluja, científico catalán con profundas raíces en la Universidad de León, de la que es doctor «honoris causa». Un cava con nombre de rey godo: Recaredo, que creo fue padre de Wamba y abuelo de Rodrigo, el que cayó derrotado en Guadalete por la traición de un obispo. Los obispos suelen traficar con la historia. Hoy se cierra en Cataluña el referéndum sobre el Estatut y aquí, en Castilla y León, empieza a abrirse el debate. Los tres gurpos parlamentarios con representación en el Castillo de Fuensaldaña lo tuvieron muy presente en sus intervenciones. Aunque durante el debate sobre el estado de la comunidad autónoma se superpusieron varios discrusos. Parecía que se estaba hablando de distintos territorios y provincias. Sin embargo, tal y como publicaba este periódico ayer, en el año 2005 la evolución demográfica de León tuvo un saldo negativo de 2.268 personas. Es decir, que hubo 5.217 fallecimientos frente a 3.349 nacimientos. Sólo arrastraron peor balance demográfgico Lugo, Orense, Zamora y Asturias. No hay nada más demoledor frente a discursos triunfalistas que estas cifras duras y desnudas. Demuestran el permanente retroceso de la población leonesa desde hace más de veinte años. ¿De 20 años, digo?. No, no; desde alguna década más. Y permítanme que aborde otro asunto. La UPL ha convocado para hoy a sus cargos públicos para informarles del proyecto de Ley de Montes. Mejor dicho, para instarles a una oposición frontal. Al mismo tiempo, denunciaba el apadrinamiento de la Junta de Castilla y León por su feroz centralización. No le faltan argumentos. El último es que la tramitación de parques eólicos que hasta ahora se hacía y decidía en el Servicio Territorial de Industria de León, se hará por el viceconsejero de Economía, en Valladolid. La sombra oblicua de Villanueva está siempre detrás. Su consejería está intentando, por otro lado, que Inditex instale un centro tecnológico en Tudela de Duero. ¿Por qué no ha pedido la ampliación de las instalaciones que están a punto de inaugurarse en León? Estos son mimbres nuevos aparecidos en días posteriores al debate sobre el estado de la comunidad. Sin embargo, son, por conocidos, demasiado viejos. Lo que cuenta, al final, es lo escrito ut supra : el declive de León, avalado con datos, no con coreografías.