Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Maragall, amortizado

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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DOS HORAS y pico después de inaugurarse la 58 edición del Concurso Hípico Nacional de Saltos Ciudad de León en el campo de El Parque, compareció el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en rueda de prensa para anunciar que se va. No dará la batalla orgánica para volver a ser cabeza de cartel electoral socialista en Cataluña. Se ha confirmado que tras la aprobación del Estatut, el president ya estaba amortizado. Vendió bien su futuro adiós. Logrados los objetivos, corresponde dar paso a otros dirigentes para poner en marcha las bondades autonómicas logradas. Los demás partidos políticos, excepción hecha del Partido Popular, como es habitual, valoraron como muy positiva la decisión de Maragall. Para los populares, el president de la Generalitat quedó abrasado en la hoguera estatutaria que él mismo encendió. En eso tienen razón. Para los demás, incluido el que fuera socio del tripartito, Esquerra Republicana, Maragall ayuda a descifrar el futuro. Falta por conocer la fecha electoral -¿tal vez en otoño?-, aunque ya anunció que en agosto, mes inhábil, disolverá el Parlament. Podrán cerrarse así dos años de sobresaltos. O sea, toca elecciones y luego gobernar, algo que nunca debieron dejar de hacer. No sé si hoy, en su visita a La Moncloa, cerrará con Rodríguez Zapatero el calendario post/ Estatut. Supongo que sí. Incluso el nombre del candidato del PSC. El actual ministro de Industria, José Montilla, charnego cordobés con raíces absolutas en Cataluña, tiene casi todas las papeletas de la rifa. A los leoneses nos viene bien su adiós de la escena ejecutiva nacional. Salió bien el Plan del Carbón pese a sus reticencias. Y el Inteco progresará en su definición sin que lo esté chequeando permanentemente y algunas de sus funciones acaben teniendo su portal en Barcelona. ¿Se acuerdan de sus declaraciones durante la visita a nuestra ciudad?. Tuvo la desfachatez de ningunear la promesa del presidente. Más o menos certificó: Una cosa es lo que se dice en campaña electoral y otra, muy distinta, gobernar. Que yo sepa, Rodríguez Zapatero no monta a caballo. Sin embargo, es un fenomenal jinete para actuar en cualquier Concurso Nacional de Saltos. Políticos, se entiende. Lo hace con más destreza que el mítico capitán Autrán -hoy coronel en la reserva- participante empedernido en el campo de El Parque. Yo aposté siempre por él. No me dio el placer de ganar ni una peseta. Pero sí tuve la fortuna de su amistad. Y la sigo teniendo, pese a la distancia. Zapatero, por el contrario, ha preferido dejar el caballo en el establo y utilizar el tablero de ajedrez para vencer los obstáculos. Quizá siguiendo el ejemplo de Karpov, que en estos días da lecciones de partidas múltiples y magistrales en León. En la tamborrada del Estatut es cierto que se han quemado todos los que lo tocaron. Todos, menos Zapatero. Se han abrasado los del sí y los del no. Especialmente éstos, empezando por el lìder de ERC, Carod-Rovira, y terminando por el PP, cuyo máximo dirigente en Cataluña, Josep Piqué, tragó a regañadientes la estrategia nacional de su partido. Los padres del «no» hoy son marginados en Cataluña. Y al amortizado Pasqual Maragall se le prepara ya una Embajada al otro lado del Mediterráneo. Tal vez en Turquía, donde son venerables las canas y el bigote blanco.

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