La noche del fuego

ESTA NOCHE es la más corta del año. Y la más luminosa. Es la noche del fuego. La noche en que las chispas y los guiños pirotécnicos son capaces de poner celosas a las estrellas. En León podremos comprobarlo, antes de la medianoche, en el primer lanzamiento del Concurso Nacional de Fuegos Artificiales, y acto seguido, en la quema de la gran falla de las fiestas 2006. En esta edición la pira es conmemorativa del 250 aniversario de Mozart. El culto al fuego no es sólo mediterráneo. Es como un ardiente y sensual vértigo en todos los pueblos del país. Pero al júbilo de una hoguera le sucede siempre un paisaje de cenizas. Por eso mismo, y desde este balcón, en vísperas de la noche del fuego, se me antoja trasladarles esta reflexión. Ha quedado demostrada la utilidad y actualidad de los debates avalados por Radio León y este periódico, emitidos en la tarde de los miércoles. Como ayer mismo pudieron leer en Diario de León, por fin empieza a asomar una propuesta sensata, razonable y coordinada para organizar los servicios de bomberos que necesita la provincia leonesa. Como se sabe, actualmente hay dos parques de bomberos en la provincia: uno en León capital y otro en Ponferrada. Y después hay repartidos una granizada de camiones autobombas por diferentes localidades y con dudosa utilidad cuando se necesitan. La propuesta de la Junta parece contar con el consenso de los ayuntamientos de León y de San Andrés del Rabanedo. También con el de la Diputación. Contempla crear ocho parques comarcales en toda la provincia. Y que el tiempo de respuesta sea de alrededor de veinte minutos. Parece una urgentísima necesidad. Por dos razones: en primer lugar, por los incendios urbanos. Ahí está el último siniestro en Valencia de Don Juan. Se quemaron varias casas y todo indica que la respuesta no fue muy ágil. Y en segundo lugar, también es una exigencia para sofocar los incendios forestales. En su incio puede controlarse la ira destructora del fuego. Pero cuando el fuego gana minutos al reloj se transforma en arrasador. Por eso la creación del consorcio, con la integración de todas las administraciones, resulta una necesidad urgente que no admite excusas ni dilaciones. Lo que se está desarrollando con una celeridad pasmosa, afortunadamente, es la nueva Unidad Militar de Emergencias (UME) anunciada por el presidente Rodríguez Zapatero para El Ferral del Bernesga. Requerirá la construcción de diecisiete nuevos edificios para albergar a los 657 militares que la van a componer. Los primeros llegarán inmediatamente después del verano, con 165 vehículos. Llegarán preparados para actuar en incendios forestales, inundaciones, grandes nevadas, terremotos y otros siniestros irritados que vomite la naturaleza. No cabe duda de que, con esa Unidad a mayores, se potencia la base de El Ferral. Se convertirá en referencia para todo el noroeste de España. Y también -tomen nota, por favor- necesitará tener una vía directa de comunicación con el aeropuerto de La Virgen del Camino. Está a muy poca distancia geográfica, sí, pero lejos por la carrtera actual, estrecha y que cruza varias poblaciones. Una carretera que no sirve ni es válida para actuaciones de emergencias. Prevénganlo, antes que lo lamenten.