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Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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NO SOY aficionado ni seguidor del pitón. O sea, de los toros. De ese mundo mágico, social, festivo, profundo y a medio gas entre la auforia y el drama, sólo me cautiva la riqueza del lenguaje. Tampoco soy un activista en contra de la fiesta, a la que apodan nacional. He leído crónicas taurinas de enorme belleza. De Cossío, de Zabala, de Navalón y de otros muchos. Incluso de maestros del periodismo y la literatura que sabían de toros lo que yo: nada. Pero cautivaban sus crónicas de ambiente. Uno de los críticos taurinos de más renombre de nuestro país, Manolo Molés, en la primera tertulia post/corrida de la feria leonesa, que apadrina este periódico, dijo que en los toros hay dos verbos: divertir y emocionar. Y ninguno de los dos se conjugó en el coso de «El Parque» en la primera y atípica corrida, larga hasta el bostezo. Los entendidos del «Seis y Medio», todos en directo, criticaban la facilidad de los leoneses para pedir orejas, premiar condiciones de atleta, no de arte, y la generosa indulgencia general. Tal parece, aseguran, que llevan pulcramente planchado el pañuelo blanco para exhibirlo en los graderíos. El primer festejo, según el crítico, ni divertió ni emocionó. Pero los cuatro toreros abandonaron el coso con trofeos: Ponce, dos orejas, lo mismo que El Cid; y El Fandi y Sebastián Castella con un apéndice cada uno. Y hora y pico antes de iniciarse ayer el segundo festejo de la feria, ya tenía sobre la mesa el resultado electoral de Caja España. Como saben, ayer se elegían, por el tercio de impositores, a 51 consejeros para la asamblea general. Se renovaba el 53% de los cargos de los órganos de gobierno de la entidad financiera. La jornada electoral, como el primer festejo taurino, no fue divertida ni emocionante. No movilizó a los impositores. Estaban llamados a las urnas 1.500. Sólo ejercieron su derecho al voto 500. Esto es, un tercio. Los datos electorales de Caja España palidecen, por ejemplo, ante los registrados en el referéndum del Estatut de Cataluña. ¿A qué se debe?. Se me antoja que sólo existe una lectura. Ante la lista de consenso, con Santos Llamas a la cabeza, de empresarios, los tres partidos políticos con representación pública e institucional y los dos sindicatos mayoritarios, se daba por hecho el triunfo. Las otras cuatro listas quedaban en condición residual. Más o menos, para recoger las migajas que se cayeran del bocadillo oficial. La lista de consenso tenía claro su triunfo. Y lo ha logrado, pero con más estrechez de la prevista. La fragmentación del voto ha sido una realidad. Éste fue el resultado final: la lista de consenso obtuvo 24 consejeros; la de Asaja-Csica, 7; el PAL de Rodríguez de Francisco, 3; la UEA, 7, y el auténtico crack de esta convocatoria, Pedro Conde, con 10 consejeros. Un ex-empleado de Caja España, desconocido para la gran mayoría de impositores, se ha llevado el gato al agua. Su oferta de conceder 100 euros a cada uno de sus votantes, ha tenido rédito electoral. Estos resultados no cambian casi nada. Consolidan a Santos Llamas en la presidencia y mantienen el consenso y la estabilidad. El consenso lo doy por hecho. La estabilidad no está garantizada.